Capítulo 1

172 16 6
                                    

Hoy es un gran día, mi tía se casa con el rey de Inglaterra en tan solo unos meses. Yo, bueno no hay mucho que contar, mido uno cincuenta y seis, complexión delgada y atlética, me gusta el deporte, mi pelo es rizado, negro, corto, por debajo de los hombros, mis ojos son marrones, pecas en las mejillas, me encanta los piercings, tengo tres en la oreja izquierda y uno en el ombligo, ah bueno y mi nombre es Allison.

Mis padres bueno, ellos murieron hace poco, me quedé con mi tía, ella se hizo cargo de mi, siempre había pensado que mi vida sería estudiar, tener un buen trabajo y vivir en una casa en un campo, con mis preciosos hijos rubios de ojos azules y mis caballos, pero hoy aquí estoy, en un palacio enorme y lujoso con todo lo que te puedas imaginar y más.

Creo que el palacio tiene mas de veinte habitaciones con baños incorporados, dos cocinas, baños turcos, aguas termales, varios salones principales y comedores. Si es un palacio grande, pero aun así pudiendo haber escogido una habitación perfecta, cerca de la cocina los baños termales y turcos y cerca de todas las comodidades posibles escogí una alejada de todos, con un balcón en forma de alas de ángel con vistas a un pequeño lago que hay justo al lado del castillo.

Tengo que hacer varias cosas por la mañana antes de salir de mi habitación:

1.Ducharme

2.Vestirme

3.Ordenar mi cuarto

4.Ir a la cocina a desayunar

Ahora estoy saliendo de la ducha, una relajante y larga ducha, y voy a mi armario a vestirme, he escogido algo sencillo, unos pantalones vaqueros negros, una blusa blanca, una chaqueta de cuero negra y unas Vans negras también, por que voy toda de negro, pues no lo se, es lo primero que tenía en el armario.

Después de ordenar la habitación salgo de mi cuarto y me dirijo a la cocina, el desayuno está preparado encima de la isla de la cocina, hay tostadas con tomate y una taza de té verde en una bandeja.

Me acerco hacia la comida y cojo una de las tostadas y me la meto en la boca, mientras estoy pensando en que puedo hacer este maravilloso día soleado, que se note mi ironía.
Podría salir a dar una vuelta, o tal vez ir a hacer ejercicio, no estoy segura de que hacer, mis primas están todas con sus novios y mi tía con sus cosas de las bodas, yo como me acabo de mudar, todavía no tengo amigos, así que tampoco puedo salir con ellos.

Al final decido irme a dar una vuelta por el pueblo a ver que hay.
Ahora mismo voy por una calle donde hay un montón de tiendas, de ropa, de comida, de todo.
Continuo andando hasta que llego a una pequeña tienda de golosinas, entro y me pongo a observar todas las golosinas al final cojo una de las bolsas que hay en un hueco y la empiezo a llenar de golosinas, pago y me voy de allí.
Justo al salir por la puerta me choco contra algo, o más bien alguien. Vale que iba despistada pero podría haberse quitado.
Era un chico, tenía el pelo corto y marrón, con un tupé, era más alto que yo, mediría uno ochenta más o menos, ojos miel, preciosos, vestía muy bien y olía perfectamente, a una colonia muy costosa, si no me equivocaba.

-Eh, mira por donde vas- le digo al chico con el que me choque-.

-Lo siento, no me había dado cuenta- el chico se rascó la nuca como signo de nerviosismo y se apartó dejándome paso-.

Seguí a delante pensando en mi casa, y bueno había algunas cosas que quería hacer lo antes posible, lo primero que quería hacer, era buscarme un trabajo bien remunerado, y después independizarme, no algo demasiado grande, con muchas cristaleras, me encanta que entre mucha luz natural y que se vea una casa luminosa, bueno dejando la casa de lado, también quiero encontrar amigos, tenía una sensación de vacío dentro de mi desde que me fui de Notthinham, un pequeño pueblo al norte de Inglaterra.

Todo se había vuelto muy difícil, sin amigos, ni familia, estaba completamente sola. Aunque eso sería por poco tiempo.

Siendo sincera, yo no soy una chica que suele estar sola, me gusta mucho la compañia de mis amigos y a veces de mi novio, en mi antiguo pueblo tuve un dilema muy grande con respecto a los chicos, por que los que me gustaban siempre tenían pareja o acababan de salir de una relación difícil y era muy complicado tener algo con ellos, ya que eso necesitaba mucha paciencia y también maldad, y yo aunque parecía ser borde y un poco arisca con los demás, era un pedazo de pan y muy sensible además.

Vale, ahora tengo una situación complicada, se que os estoy contando mi vida así por que sí, pero es para que me conozcan un poco mejor, además me había quedado parada en mitad de la calle con cara de loca o algo así y todo el mundo me miraba raro, decidí continuar andando y me dirigí hacía algo que se parecía a un parque, ¿Porqué digo que se parecía? Bueno pues porque un parque tiene árboles, césped, un estanque o algo bonito a la vista, este no, solo era un trozo de césped muy bien cuidado, eso si.

Me senté y saqué un libro que siempre llevaba en mi bolso y me puse a leer, era una comedia romántica como la de cualquier adolescente, solo que en vez de leer en el móvil leía en papel, no es tan raro. Después de un rato, sentí que el césped se aplastaba a mi lado, cuando miré estaba el chico de antes, con unos vasos de té y unas galletas.

-Tenía que compensarte lo de antes, y ¿Qué mejor que algo típico de aquí?-dijo sonriendo.
Le miré a esos preciosos ojos miel y le sonreí yo también-.

-Fue culpa mía, no miraba por donde iba-dije a modo de disculpa-.

-No te preocupes, vas sola por la calle, con lo cual o no tienes amigos o no eres de aquí, ¿Donde estás tus amigos? o ¿De donde eres?-.

-Bueno, de muy lejos y voy sola por la calle porque no tengo amigos- me sonrojé al instante- ha sonado basgante mal-.

-Pues ya tienes a alguien conocido en este lugar-me respondió sonriendo, con esa hermosa sonrisa, lo siento por el cliché pero tenía que decirlo, es perfecta-.

¿Es Culpa Mia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora