Capítulo 16

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-Muy bien bonita, vamos ha hacer esto, tú te vas a ir de mi bar y yo no voy a arrancarte la cabeza-el se giró con intención de irse-.

Cogí mi casco y me fui hacia la puerta.

-No digas que no te lo advertí-me di la vuelta y me fui hacia mi moto lo más rápido posible-.

Sí, lo sé, acabo de hacer una locura enorme, podría arrancarme la cabeza cuando quisieran, no lo dudo, o incluso cosas peores, pero como líder de mi distrito tengo que poner las tetas sobre la mesa, y a mi a cabezona y terca no me ganaba nadie.

La calle trampa se alejaba en el reflejo de mis espejos cuando vi al tipo saliendo del bar, entonces aceleré y salí del barrio lo antes posible.

Fui como una flecha por la cuidad, deslizándome por la carretera. Una vez delante de la verja la abrí y dejé la moto en el garaje, pase rápidamente por el pasillo y me encerré en mi habitación.

Me quite toda la ropa a la velocidad de la luz, me puse el pijama y me fui a dormir.

La alarma sonó tan alto que creía que era la de incendios.

Mierda. Eran las diez y media y yo todavía estaba en la cama. Iba muy tarde y no iba a darme tiempo, así que me metí en la ducha cogí unos vaqueros, una camiseta blanca y mis botas favoritas, me puse un poco de rímel, me lave los dientes y volé hacia la sede de Ducati.

Hoy tengo que corre para ellos, una prueba de acceso normal pero aún así estaba muy nerviosa, aunque me calme bastante cuando vi a mi hermano y a Liam allí.

Sonreí para mi y me prepare para correr.

Una vez me puse el mono y el casco fui hacia la pista donde estaba mi moto esperándome.

Semáforo rojo.

Semáforo ámbar.

Semáforo verde.

Salí disparada adelantando a los demás, aunque no a todos, me puse en el quinto puesto y vino la primera curva.

Veintiséis vueltas después quede primera, Ducati me dijo que estaban muy interesados en mis servicios y que tenía dos semanas para decidir si trabajaría con ellos o no.

Liam estaba en la entrada hablando con Ian, cuando salí los dos se giraron y me miraron.

-Genial hermanita, eso que has hecho a sido increíble-.

Me acerqué a Liam después de abrazar a mi hermano y darle las gracias.

-Bueno, ¿Así que estoy con una camorrista eh?-yo lo miré a los ojos y sonreí-.

-Si yo soy un amor de chica- le respondí poniendo mi mejor cara de angelito-.

-Di no fuera porque te he visto en la cama te creería sin pensarlo dos veces-me acerco a él por la cintura y me besó-.

-Ejem chicos yo me tengo que ir a... hacer las cuentas de hoy, hasta luego-.

Me separe de Liam y vi cómo se alejaba en un coche negro, como se nota que somos hermanos, tenemos el mismo gusto para los coches.

Liam y yo volvimos a palacio para la hora de comer.

-Cariño, hoy tengo que correr por mi título, así que tengo que dejarte un par de horitas-le dije mientras estaba bebiendo un trago de vino-.

Mala idea.

Al instante lo escupió sobre la mesa.


-Pero si vas a trabajar en Ducati, no tendrás que darle ese título a otra persona y que lo defienda el o ella de paso-mientras hablaba atropelladamente intentaba secar el desastre que había formado-.

Lo miré de hito a hito, como si fuera un niño que no entiende matemáticas le dije:

-A ver, voy a explicarte esto, he conseguido muchas cosas gracias a ti, y ese título es lo único que no has influido en nada-el me cortó y añadió-.

-Técnicamente pudiste ganar porque utilizaste mi moto...-.

Me sorprendió por eso y entonces me di cuenta de un gran error. Dependía de el completamente, si el decidía que no quería dejarme la moto no podía correr con ella.

Ese pensamiento hizo que un escalofrío recorriera mi colimna vertebral y me erizara los pelos.

-Es verdad y por eso quiero comprártela-mi cara tenía que estar muy seria porque sus ojos se cubrieron de preocupación y seriedad-.

-Sabes que no quería decir eso- el se levanto y se sentó al lado mía- sabes que todo lo mío es tuyo-.

-Liam tienes razón no podría haber hecho nada sin ti, y no se para ti pero para mí eso es un golpe a mi orgullo, el tener que depender en todo de ti-me levante y me fui a lo que fue mi antiguo cuarto-.

El balcón seguía igual, en realidad todo seguía igual a como lo había dejado , aún que el baño lo habían reformado, eso hizo que mi estancia aqui fuera más agradable.

Por lo menos no tendría más problemas con las tuberías.

Si hijos míos, las cañerías de mi cuarto de baño eran el mismísimo infierno.

Salí a mi antiguo balcón y me senté en la barandilla.

Si saltaba caería en el agua, no me haría daño físico pero debido a la baja temperatura el agua estaba muy fría y podías coger una hipotermia o algo por el estilo.

La verdad es que en verano se podían hacer muy buenas fiestas aquí y nadie se enteraría, solo con hacerla en el patio privado nadie vería ni oiría nada.

Alguien abrió la cristalera del balcón asustándome y haciendo que yo diera un brinco de la barandilla y me precipitara sobre el congelada agua. Como no, si es que antes pienso algo y antes me pasa.

Sentí como caí sobre una capa de escarcha rompiéndola, entonces fue como si un montón de dagas de hielo se me clavaran en la piel, escuchaba una voz fuera y yo intenté ir hacia ella, pero cada vez la oía menos y mis párpados pesaban más, solo veía borrosa el agua cristalina y sentía el frío llegando a mi corazón, no literalmente supongo pero yo sentía que me estaba congelando por dentro.

De repente la imagen de Liam en el balcóngritando apareció en mi cabeza mientras me desmayaba y dejaba de sentir todo a mi alrededor, solo una suave corriente que balanceaba mi cuerpo en todas las direcciones a las que iban los peces.


¿Es Culpa Mia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora