Capítulo 2

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Después de haber pasado la tarde con ese chico, de el que se muchas cosas, pero ahora que caigo, no se su nombre. No me había parado a preguntárselo, le preguntaría después, volví a mi casa y me encerré en mi habitación.

Una vez tumbada en mi cama cogí mi móvil y le mandé un mensaje al número que me había apuntado.

Allison: Hola, soy yo, la chica del parque.

Chico del parque: Hola, no sabía cuanto tardarías en hablarme.

Alison: Es que me he dado cuenta que no se tu nombre.

Chico del parque: Me llamo Jackson.

Allison: Bonito nombre, Jackson.

Jackson: ¿Ya te cansaste de estar en tu palacio?

Allison: ¿Como lo sabes?

Jackson: Todos hablan de las nuevas chicas que habitan en el palacio. Si quieres podemos quedar y te enseño el pueblo.

Allison: Pues ahora no puedo, ¿Mañana?

Jackson: Como la princesa desee.

Allison: No me llames así, nos vemos mañana.

Después de esto fui a la cocina a por algo de cenar, pero mi sorpresa fue que al entrar estaba allí el rey (el futuro esposo de mi tía) y la cocinera hablando animada mente.-Buenas noches, alteza- dije casi en un susurro-.

-Buenas noches Allison, ¿Como llevas tu estancia en palacio?- parecía realmente interesado en mi bienestar-.

-Me estoy intentando acostumbrando a estar entre tantos lujos pero todavía me cuesta mucho-.

-¿Porqué te cuesta? Es solo dinero-contestó, parecía muy tranquilo-.

-Pero no es mío, voy a buscarme un trabajo y conseguir dinero que realmente sea mio-.

-Toma- me tendió la mano donde descansaba una tarjeta de crédito negra-.

-No puede ser, no, lo siento pero no voy ha aceptarla- estaba asombrada por que alguien cercano a mi pudiera tener una tarjeta así-.

-Insisto, tómalo como regalo de bienvenida, ve de compras, y así aprovechas y compras muebles para tu cuarto -me sonrió satisfecho y añadió- ahora tengo que atender unos asuntos, nos vemos en la cena, si vienes esta vez-.

Lo vi alejarse por el enorme corredor con su elegante porte, era alto, bastante alto, creo que mediría rondando el metro noventa, su complexión era delgada y atlética, se notaba que le gustaba el deporte, su pelo era rubio ceniza, liso, parecía sedoso, he de admitir que entraban ganas de tocarlo, su piel era un poco pálida pero sin pasarse, sus facciones eran suaves, se veía que era un chico amable y sincero, pero tenía que tener algo malo, no puede ser tan perfecto.

Así que por eso, decidí ir a la cena familiar de todas las noches, que por cierto siempre me escabullía.

Fui hacia mi cuarto con la tarjeta en la mano sin saber todavía que hacer con ella, es verdad que mi cuarto necesitaba muebles y decoración, lo noté en el momento en el que pasé la puerta, solo tenía una cama y un armario viejo, todo lo moderno estaba en otras habitaciones, esa fue otra razón de escoger esta y no otra cualquiera, no la habían remodelado.

Cogí mi portátil de la cama y me puse a buscar en Internet sitios donde podía comprar muebles y cosas de decoración, por lo visto en la misma calle donde conocí a Jackson, un poco más adelante empezaba el centro comercial, y allí había una tienda que me llamo la atención.

Me arreglé para la primera cena familiar a la que asistiría y fui hacia en comedor, justo antes de entrar al salón oí la voz de mi tía.

-Grace, quita un plato, como siempre la desagradecida de mi sobrina no se digna ha aparecer- casi chilló con su irritante voz-.

Entré por las puertas dobles y dije:

-A la desagradecida de tu sobrina no volverás a verla, porque se larga para no volver-me di la vuelta para salir de allí, pero inmediatamente me detuve y cogí mi monedero, saqué la tarjeta negra y se la di a el rey, el no había hecho nada para que lo tratara mal- no es mi dinero-.

Fue lo único que dije y salí de allí, me podía esperar de todo, de todas las personas del mundo, pero no de mi propia tía, ella que me había apoyado y había estado para mi siempre.

Cabreada fui hacia mi habitación para recoger mis cosas e irme pero al poco rato de empezar a meter cosas en la maleta alguien entro en la habitación sin pedir permiso ni nada.

-No te vayas, se que no ha sido correcto lo que ha dicho, y te pido perdón en su nombre, pero no te vayas, me gustaría llegar a conocerte y que nos llevemos bien- al principio me quede atónita, ¿Porqué el rey me decía eso? no sabía nada de mi, ni yo de el-.

ººSolo quiere conocerte por tu tía, no te montes películas tu solaºº

-No puedo quedarme, lo siento, me hubiera gustado conocerte también, futuro tío, pero no quiero encontrármela o que venga a verme como si no me hubiera hecho ya bastante daño-susurre sin mirarle-.

-Y si hacemos una cosa, yo te busco un sitio seguro donde quedarte fuera de palacio, y tu te quedas allí, aunque claro, todo lo pagaría yo-.

-Sabes que no me gusta tu dinero, no es mio-repliqué, aunque estaba más que encantada con la idea-.

-Pues te buscaré un trabajo y tu pagarás la comida, y yo todo lo demás-.

-Está bien- accedí mostrando cansancio, aunque estaba muy ilusionada-.

El rió suavemente, con una risa muy sensual, y se acercó a mi lentamente, cogió un mechón de mi pelo entre sus dedos bonitos y largos y empezó a enrollarlo en ellos.

-Tienes un pelo precioso, tu tía comentó una vez que querías alisarlo, déjalo así, está perfecto-comento un poco embobado con mi pelo-.

-Con todos mis respetos, ¿Estás coqueteando conmigo?-Estaba confusa, me había pedido que me quedara y ahora esto, que le pasa a este tío, se iba a casar con mi tía-.

-¿Se ha notado mucho? Perdóname, la próxima vez seré más directo- y cuando fui a hablar me cogió de la cintura y me besó, y joder que beso, perdóname tía, pero un hombre tan perfecto no se comparte y si tengo oportunidad de quedármelo, es mio-.

¿Es Culpa Mia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora