Capítulo 20

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Veía cómo la doctora caminaba hacia nosotros. Tenía un sobre entre sus manos. Seguramente son los resultados.

En un principio ni te conocía, y ahora muero de angustia por saber si eres, o no. Mi anhelo es que esos papeles, esos resultados hablen de un negativo, muy grande, hasta con signos de exclamación, pero... ¿y si ahí se encuentra un positivo, un 99.9%? No podría vivir con ésto, yo no.

-¿Ustedes son la familia Dawson? -dijo la doctora
-Sí, doctora. ¿Los resultados, ya están? -dijo mi madre, parecía desesperada.

Ella más que nadie conocía cuánto daño me haría que lo fuéramos.

-Con calma, por favor. Veamos. -dijo entrando a su oficina.

No me dejaron entrar a la misma. Sólo a mi madre, la bestia humana, y a Mirada de Café. Todos miraban a la doctora, con algún tipo de esperanza.

No escuchaba nada, pero pude ver como la doctora abrió el sobre, y comenzaba hablar. Mamá sólo miró hacia la pequeña ventana de cristal que daba al pasillo, dónde yo me encontraba. Brotaban lágrimas de sus ojos, y entonces... entonces entendí que ya estaba hecho.
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Desperté de ese horrible sueño, pesadilla quise decir. Mamá estaba sentada en una silla, observándome mientras tuve la misma.

-Has gritado como una demente. -dijo mamá a carcajadas.
-Fue horrible mamá. No quiero, no lo quiero de hermano, no. -dije llorando como una pequeña niña, a la cuál no quieren darle su paleta.

Mi madre me conocía lo suficiente, sabía que no necesitaba palabras, sino actos. Se acercó y me enredó entre sus brazos. Nos unimos en un abrazo.

-Tomas está desayunando abajo, y su hermanastra. -dijo, mientras se levantaba de la cama y me guiñaba un ojo.

Me bañé lo más rápido posible. Quería desayunar con él, y de una vez conocer su hermanastra.

Me vestí. Tenía una camiseta color vino, un tamaño más grande al que me corresponde, unos shorts, y los Converse que acostumbraba ponerme; sí, esos blancos que estaban de moda.

Bajé las escaleras, y me reuní con ellos en el comedor.

-Entonces, ¿ella es de la que me hablaste tanto eh? -dijo la hermanastra mirando a Tomas.
-Kaila, por favor. -dijo él, con la cabeza baja, parecía estar sonrojándose.
-Mucho gusto, mi nombre es... -me interrumpió.
-Nicole, Nicole Dawson. Mi hermanastro habla mucho de ti, como ya dije. -dijo rodando los ojos

Desayunamos cereal, y algunos también tostadas, o "pancakes".

Nos estábamos preparando para ir al consultorio médico. Hoy mismo les harían las muestras de sangre.

-Qué lastima que hoy no digan los resultados. -susurré

Subimos al auto. Tomas estaba a mi lado. Agarró mi mano, muy fuerte.

-Pase lo que pase, yo te quiero mucho. No cómo hermanos. -dijo mirando nuestras manos unidas

Querido diario (•terminada•)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora