La playa se aproximaba. Bajé una de las ventanas del auto, para escuchar el suave oleaje, sentir ese olor a sal. Sin duda, la primera cosa que vendría a mi memoria sería ese gran día. No fue la playa, mucho menos ese vestido que me obsequió, fue él y su inesperada manera de llegar a mi vida, de enamorarme.
-¿En qué tanto piensas? -dijo, sabía que estaba enamorada
-No lo sé. Encontrarte un chico, que en menos de un mes, te ha vuelto loca. No entiendo, ahora se ha vuelto raro, lo he visto con una chica. No reclamo nada, no soy algo importante, menos para él.
-Mi niña, tan equivocada que estás... -dijo sin añadir más nada.Llegamos a la playa. Mis zapatos se enterraron en la arena. No pude evitar cerrar mis ojos, revivir el momento, extender mis brazos, sentir la brisa. Amaba sentirme así. Era como si la misma naturaleza me envolviera en un abrazo.
-Hola, querida Dawson. -dijo esa voz coqueta, reconocible a mis oídos
No me volteé, no hablé; sólo continué en ese abrazo a la naturaleza, según yo.
Segundos después, sentí sus gruesos brazos rodeandome. Me abrazaba desde la espalda. Sentía su cabeza descansando en mi hombro, mientras sus manos estaban envolviendo mi abdómen. Lo sentía cerca, tanto como lo quería sentir hace mucho. Quería reclamarle, ¿porqué se había perdido, porqué dejarme así?
-Tomas... -dije susurrando
-Digame, adorado tormento. -dijo casi entre risasSabía a qué se debía ese apodo. Esa vez que lo vi con esa pelirroja hermosa, hice un escándalo con mi mejor amiga. Discutí con ella hasta llegar a casa, no discutíamos por algo sucedido en nuestra amistad, sino de lo visto. No podía quedarme con eso. Odio no saber.
-¿Que es lo que tenemos? -dije preparándome para llorar, o aguantar lágrimas
-Esa chica pelirroja es mi hermanastra. -dijo como si supiera que andaba mal por eso
-Bien; de todos modos, esa no ha sido mi pregunta. -dije con un tono más fuerte
- Nena... -dijo algo seductorNunca nadie me había dicho algo así... bueno sí, pero no de buena manera, no de esa manera.
Mi piel se erizó, como cuando la bestia caía sobre mí, con la diferencia de que ésta vez fue de una manera tierna.
-Tú me gustas, mucho, pero... -dijo cortando el abrazo y bajando su cabeza.
-¿Pero...? -dije mientras volteaba a mirar.Tomé su rostro en mis manos. Pude ver ojos color café cristalizados. Mi Mirada de Café estaba destruido, y yo no sabía cómo ayudar.
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Querido diario (•terminada•)
De TodoUna bestia humana, una vida dura, una nueva escuela, él, y un diario de refugio. La vida de Nicole Dawson a través de sus letras.