Capítulo 1.
“El infierno comienza”.
Primer día de clases o mejor dicho; primer día de infierno, entré al salón y miré hacia el final, el asiento que siempre utilizaba, había un chico, por la mierda, se notaba que era nuevo sino jamás se hubiera sentado ahí, conmigo.
Llegue a mi rincón y puse mi mochila en la mesa de al lado del tipo, el levantó su vista y me miró, lo ignoré por completo, estúpidos pupitres de dos.
-Rose… -se dio vuelta la zorra de Samantha, era capitana de las porristas y era una de todas de las que se dedicaba a hacerme la vida imposible.-
-Coleman. –murmuré.-
-¿Qué hiciste en el verano? Además de cortarte, llorar y ser patética-suspiré, el infierno comenzaba, miré a mi nuevo compañero de asiento él miraba sin expresión alguna, como si no le importara.- ¿No me responderás? –Seguía sin responderle.- Eso quiere decir que hiciste lo mismo de siempre Rose. –se dio vuelta con una sonrisa burlona.-
Miré nuevamente al chico, era guapo, él me miró serio.
-Eres patética, me das vergüenza. –me dijo, yo fruncí el ceño, vaya, Samantha cumplió con su misión de poner al chico nuevo en contra mía.- Que te cortes y esas cosas, solo demuestra lo cobarde que eres, me dan asco las personas así. – ¿de cuándo qué habla?-
-¿y qué quieres que haga? –Me atreví a decir- ¿Qué me disculpe? No, ya no me interesa.
-Qué vergüenza, si pudiera separar los pupitres lo haría –me miró de pies a cabeza- Aparte estás flaca y desalineada… No creas que así te ves linda, porque enserio no, mujeres como tú, me dan asco. –Fruncí el ceño, las lágrimas amenazaban con salir, los ojos se me aguaron por completo.- No me vengas con estúpidos lloriqueos, no seas patética. –apreté mis puños “No llores, idiota”-
El timbre sonó, santo timbre, no tuve que responderle nada, tampoco tenía las suficientes agallas para hacerlo, soy una cobarde, lo sé, pero lo que menos quiero es que me lo recuerden, me viene como puntadas en el estómago, soy una débil, cobarde, gorda, asquerosa y fea. ¿Quién querría ser mi amigo? Como dijo el chico, soy patética.
Llego el momento de la clase, donde el profesor pregunta cómo nos fue en el Verano, la primera humillación pública del año, siempre terminaba siendo molestada luego de esta pregunta.
Primero fue el chico y se presentó y contó un poco.
-Harry Styles –se presentó como si nadie lo mirara, ¿Cómo lo hacía?- Las vegas, casinos, familia, diversión. –miró al profesor.- Gracias. –Se sentó y siguió siendo un hijo de puta.-
Mi turno, era mi turno. Suspiré y me levanté, miré el profesor.
-________ Rose.
-___________ “la que se corta” Rose. –escuché un murmuro.-
-___________ “La depresiva” Rose. –Escuché por otro lado.-
-La patética.
-La que debería estar muerta –con ese, cerré los ojos y suspiré, no llores idiota.-
El profesor notó que estaba a punto de soltar en llanto, como lo hacía siempre. Me miró, yo miré a Harry, él rodó los ojos tratando de decirme: “Que patética, me das vergüenza”.
-Puede sentarse, Rose.
…
Llegué a casa y subí las escaleras, mi madre a esta hora estaba trabajando en la fiscalía, como lo hacía siempre, llegaba a las ocho o nueve de la noche, yo no me podía mostrar triste frente a ella, yo la amo, no puedo permitir que vea las cicatrices y los llantos de su hija, debo ser fuerte, por lo menos frente a ella, debo transformar las lágrimas en sonrisas y las cicatrices en rasguños de gato, aunque casi nunca me veía los brazos, los polerones holgados y las mangas largas eran lo mío.
