CAPITULO 5

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Me despierto con una enorme jaqueca no he dormido nada, pensando que tengo que verme con Jacob ya quiero que este día se acabe, aunque no iba a acabar nunca mi pesadilla, puesto que lo vería también en la universidad, más bien no sé exactamente si lo considero una pesadilla o una tentación. Bufo molesta, no quiero tener nada que ver con él, en realidad es él quien no me conviene ¿Cómo se atreve a decir esas cosas tan horribles de Fred? Bajo de mi cama con mucho pesar, tengo que arreglarme para encontrarme con él.

Mi madre está en la cocina preparando el desayuno, cantando su canción favorita mientras lo hace. Al verme sonríe y me sirve amablemente el desayuno, pero mi cara es de pocos amigos, por mucho que quiera no puedo sonreír como ella lo hace.

- Tranquila mi niña, verás que todo volverá a la normalidad – dice mi madre adivinando el motivo de mi mal humor, pero nada puede levantarme el ánimo, sé que las cosas empeorarán.

Suena el timbre como es de esperarse ya está aquí, muy temprano para hacer deberes, pongo los ojos en blanco, sé que no está aquí a esta hora solo para hacer deberes, está aquí por mí, no me dejará quieta hasta que no lo perdone.

Mi madre abre rápidamente la puerta y como es de suponerse es él, está súper guapo con su camisa blanca pegada al cuerpo y pantalón negro con zapatos negros se ve tan sexy así como está, me quedo un rato hipnotizada por sus ojazos azules y por su cuerpo tan varonil, ¿Pero qué estoy haciendo? Rápidamente aparto mi mirada y lo saludo de manera indiferente.

- Hola, Jacob ahorita empezaremos nuestros deberes.

- Buenos días preciosa, tengo que hablar contigo, por favor – dice con ojitos muy tiernos.

- Si vienes a pedir perdón pierdes tu tiempo, solo haremos los deberes, y enseguida quiero que te vayas – digo muy decidida.

- Esta bien nena, como quieras – dice con una voz muy triste

Termino el desayuno y me dispongo a caminar hasta la sala de estar donde haremos nuestros deberes, abro la portátil y saco todos mis apuntes mientras Jacob no me quita los ojos de encima.

- Deja de mirarme y dedícate a hacer las tareas.

- Tienes que creerme cuando te digo que él no te conviene – dice nuevamente tratando de convencerme.

- Deja de decir mentiras, ¿Vale? – digo ya fastidiada.

Me agarra del brazo y me voltea hacia él, pegándome mucho a su pecho, se me corta la respiración se encuentra muy cerca de mí.

- Jade, por favor créeme – me mira fijamente a los ojos – está bien, si quieres ser amiga de él no insisto más con ese asunto, pero por favor no dejes de hablarme, no soporto que estés así conmigo y créeme no es mentira cuando te digo que de verdad me importas y quiero que estés en mi vida – al decirlo me huele el cuello como él solo lo sabe hacer, y me estremezco completa, estoy a su total merced.

SOY TU DUEÑADonde viven las historias. Descúbrelo ahora