Me calé todas las clases, aunque sin prestarles mucha atención, salí pitando para encontrarme con Jacob en la salida y es tal cual como lo sospeché, está esperándome afuera con los brazos cruzados, cuando alza la vista se le ilumina los ojos y va a mi encuentro.
- Al fin estaba que entraba por ti, vamos preciosa – dice y me guía por la calle que da a nuestro parque, a lo que yo divertida lo paro.
- Espera, deja que me despida por lo menos – digo y hago lo propio y luego hago que mi amor corra por las calles tan alegre y contento como yo.
- Esta vez, te llevaré a cenar a un lugar muy bueno cerca de nuestro parque preferido – dice y sonríe abiertamente.
- No importa el lugar, con tal de estar contigo – digo mirándolo embobada.
Llegamos a un lugar donde por todos lados hay personas asiáticas sirviendo por doquier los pedidos, con mesas rojas y las paredes anaranjadas con adornos asiáticos por todos lados, un lugar muy agradable, nos sentamos en la mesa que se encuentra desocupada y realizamos nuestro pedido.
- Preciosa, te quiero decir algo muy importante – dice y lo miro fijamente – no quiero tener secretos contigo.
- Aquí está su pedido – interrumpe una japonesa mientras coloca nuestros respectivos platos e ingredientes.
- Gracias – decimos al unísono.
- Entonces, ¿Qué es eso que tienes que decirme? – digo sonriente, y agarrando los palillos para comer mi ansiado Sushi.
- Ehh... – titubea un poco – mejor te lo cuento en otra oportunidad, comamos nuestra comida que se ve deliciosa.
Lo dejo estar, tengo un hambre voraz y hago caso omiso de esa información por ahora para darle paso al disfrute y saciar a mi estómago ya hambriento.
- Si que está deliciosa – digo con restos Sushi en mi boca.
- Lo sé, me alegra que te haya gustado preciosa – dice mientras toma un sorbo de Coca – Cola.
Luego de ello, coloca varios billetes en el sobre de la cuenta y se los da al camarero, cuando salimos de allí, puedo respirar el aire fresco que emana la noche, caminamos y admiramos juntos el anochecer como salen unas pocas estrellas, sonreímos felices los dos al mismo tiempo, porque cada momento, cada minuto, cada segundo juntos es de mucha felicidad para nosotros.
- ¿Qué era lo que tenías que decirme? – digo rompiendo el silencio, en donde solo un cruce de miradas era nuestro lenguaje.
- Solo te quería decir que te amo con locura nena – dice, pero sé perfectamente que me oculta algo.
- No te creo, dijiste que no querías tener secretos conmigo – insisto un poco dudosa.
- ¿No me crees? – Y hace un gesto dramático llevándose las manos al pecho – ¿Cómo no me vas a creer que te amo? Y tanto que te lo demostrado.
Y suspira y niega con la cabeza en un gesto muy dramático.
- Estoy segura que me amas, yo también te amo con locura, pero lo que no creo es que fuera eso lo que ibas a decir.
- Preciosa, es que...– empieza a hablar, cuando escuchamos un carraspeo.
- Vaya, vaya que sorpresita me encuentro – dice una voz despreciable, y yo de solo oírlo tengo arcadas.
- ¿Qué haces aquí? – digo con voz molesta.
- Solo quiero ver a mi novia ¿Es qué no se puede? – dice y me guiña un ojo.
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SOY TU DUEÑA
RomanceJade entra nueva en el instituto de Barcelona luego de dejar atrás su antigua Universidad y con él su antiguo pasado que le jugara una broma pesada y no la dejara vivir en paz hasta que conoce al chico popular de la universidad que ayuda a que ella...