A decir verdad, ese día fue bueno y relajante. Pasé toda la tarde comiendo y viendo películas de esas que te dejan todo para llorar. Al siguiente día me tocó ir a pedirle una disculpa al profesor, cosa que fue vergonzosa. Jamás pido disculpas, claro queda.
La semana pasó rápida y aburrida, como cada semana. Y hoy, sábado, esperaba ansiosa la carta de éste día, ya había recibido la del lunes y el miércoles, faltaba la de hoy. Pero para mi mala suerte, estaba cayendo una inmensa tormenta de esas de las cuales ves y quieres sólo quedarte a dormir y olvidar todo.
Me levanté de mi cama para asomarme a la ventana y ver cómo las gotas caían y mojaban todo a su paso, luego, vi a un chico corriendo. Solté una risita al ver todo lo mojado que estaba, era guapo, su cara tenía unas increíbles facciones. Y, a pesar de la estruendosa lluvia, lo detallé bien.
Pegué un gran salto cuando vi que su cuerpo chocó contra el frío suelo al resbalarse. Se incorporó rápidamente y miró hacia los lados, me escondí detrás de las cortinas pero aún así podía verlo. Siguió su camino de nuevo corriendo. Vaya chico. Pensé.
Volví a mi cama a seguir comiendo como cerda y a mirar la televisión.
-
Desperté con un desastre de cuarto, toda la comida en mi cama y algunos empaques vacíos en el suelo. Volteé a mirar a la ventana y noté que había parado de llover. Cosa que agradecía con todas las fuerzas.
Me levanté y me estiré, fui al baño a cepillarme para luego bajar a ver si en el buzón se encontraba la carta. Era un día bastante frío y todo había quedado empapado. Me acerqué al buzón y saqué la carta, como cada sábado había una. Volví de regreso a la casa y me tumbé en el sillón para leerla, solté un enorme suspiro y sonreí como idiota.
"Hola, Val. ¿Te dije que cada vez estás más preciosa? Pues, sí. Y oye, qué mal está eso de ir a pedirle disculpas al profesor por ser altanera, aunque ellos se lo merecían. Todo mi apoyo ahí, nena. Te digo que me encanta ver tu rostro en clases porque casi te duermes con el profesor Peter James, o con la profesora Louisa.
Pero no te asustes, sí. Me encanta observarte y sí, tenemos muchas clases juntos. No te sientas observada, trataré de ser más discreto aunque contigo se me hace imposible...
Amo todo de ti, ¿te lo he dicho? La forma en que sonríes... no sabes lo mucho que alegras mi día cuando lo haces, ¡sonríe!, no hay nada mejor que tu sonrisa.
Hoy vengo a dedicarte "Perfect two - Auburn" tal vez la vayas a amar tanto como yo. Y sí, estoy pasado de cursi o cliché, como quieras llamarle, pero tú me tienes así.
Con todo el amor que podría tener.
-Anónimo."
ESTÁS LEYENDO
El chico de las cartas.
Genç KurguValery Halls es una chica con una vida normal de adolescente, pero su vida da un giro de 160 °C cuando comienza a recibir cartas de un anónimo que dice estar enamorado de ella. ¿Será que es la total verdad? o ¿aquel anónimo esconde algo detrás de e...