Luz tenue entra por el ventanal de mi cuarto, mi cuarto es un ático. Noto que son aproximadamente las seis de la tarde y olvidé visitar a mi padre.
Corro tomando mi abrigo y algunas cosas utiles en mi mochila y salgo a la calle.
De camino a mi antigua casa, pienso en la avalancha de insultos por mi impuntualidad, mi aspecto y mi actual vida. Pero no importa, estoy acostumbrada a estos lazos tóxicos.
Mi padre me espera en la puerta con el ceño fruncido.
-Buenas tardes-intento sonreir.
-Tarde, tarde es lo unico que haces con tus horarios-atacó.
-Sí, perfecto-dije poniendome los auriculares y ocultandolos bajo mi cabello.
Su voz se torna lejana e incomprensible, pero leo sus labios para comprender por si acaso me pregunte algo.
Pasan las horas y solo nos mantenemos en silencio.
Me dirijo a mi antiguo cuarto y observo viejas fotografias, donde mi familia no estaba en pedazos.
Encontré un papel abollado dentro de una nave espacial de juguete que solía amar de niña.
El papel contenía un dibujo de un chico, al costado en lapicera decía "Marte".
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Seis Horas De Marte
Short StoryElizabeth tiene una demencia por una vida mejor, una dulce idealista, a veces idealizar te aleja de vivir realmente. Su mundo siempre apesta, por ello escapa a Marte, dime¿Marte es totalmente real? ¿Marte es tan simple como luce?