Capitulo 11

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Marte se levanta y se sienta junto a mí.
-Necesitas comer y casi no comes-dice fulminandome con sus ojos verdes.
-Lo olvido-me excuso.
-Mentira, no comes porque odias comer sola-responde refutando mi excusa.
-No le veo razón y lo olvido-admito.
-¿Quieres que me quede? Al menos si te caes podré evitar que te golpees fuerte-sonríe.
-Okay-me levanto dirigiendome a la cocina a comer para que no desmayarme de nuevo.
Escucho a Marte hablar¿Con quién otro ser misterioso nuevo?
-Liz toma el telefono, es Ema-dice entregandome mi celular.
-Liz, quien es ese tal Marte-me ataca con preguntas Ema.
-No importa¿por qué llamabas?-digo cortando su interrogatorio.
-Quería saber si todo andaba bien, no viniste a visitarme-dice desafiante en la última frase.
-Lo olvidé-mentí.
-Genial, porque yo no-responde-voy para allá.
-Bien...nos vemos-digo dudando.
-Dile al tal Marte que no se vaya, debo analizar en que te metes niñita-corta la comunicación.
Volteo a ver a Marte, el esta jugando con una de mis pulseras que está sobre la mesa.
-Ema vendra-digo captando su atención por completo.
-¿Y quieres que ella me vea?-dice sonriendo.
-Eso creo-digo mirando el desorden que deje por todo el apartamento.
Pasan unos minutos mientras me dejo caer en el sofa y trato de recordar donde vi antes a Marte.
-Deberías dejar de enterrar tus memorias-dice como si escuchara mi mente.
-Pero deseo recordar-digo ignorando otro de los misterios de Marte.
-Pero tus ansias por olvidar fueron fuertes, esa es la razón-afirma.
Algo golpea la puerta.
-Liz maldita sea paga para un ascensor-exclama Ema desde la puerta.
-Lo lamento-me levanto a abrirle.
-En serio, es inhumano usar las estupidas escaleras con este calor-me observa poniendose seria-¿Comiste algo desde anoche? Estas demasiado pálida-mira sobre mi hombro-¿Eres Marte?
-Efectivamente si, haces demasiadas preguntas-responde Marte.
-Las suficientes y te callas porque el resto no te lo pregunté.
-Pero tiene razon-interrumpo-preguntaste demasiado.
-Entonces no importa si pregunto algo mas-se para frente a Marte, con todo su caracter desafiante mas allá de ser de menor altura que él-¿Qué eres de Elizabeth?
-Un amigo-dice con firmeza.
-Eso nadie te lo cree-rie sarcasticamente-yo conozco bien a sus amigos, dime la verdad-dice obviando que sólo ella es mi amiga.
-Soy el idiota de la escuela de arte-inventó.
-¿En serio?-inquiere volteando a verme-¿En serio te juntas con este idiota?
-Si...necesito hacer unos trabajos-susurro, ella tenia razón respecto al idiota de la escuela, pero Marte no es el idiota de la escuela.
-Entiende que si la molestas te destrozo la cara imbecil-dice con tono excesivamente amenazante-soy su guardiana y nadie la ama como yo, asi que cuidas lo que haces-clava sus ojos celestes en Marte que la observa curiosamente.
Acabo de comprobar que Marte es real, sólo me temo a qué viene.

Seis Horas De MarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora