Elizabeth tiene una demencia por una vida mejor, una dulce idealista, a veces idealizar te aleja de vivir realmente. Su mundo siempre apesta, por ello escapa a Marte, dime¿Marte es totalmente real? ¿Marte es tan simple como luce?
La paz volvió a mi casa cuando mi tía buscó a Ann, Ema se fue ya que debía entrenar y yo acabo de llegar de estudiar. Me encomendaron un trabajo peculiar e interesante. Es para mañana debo aclarar, pero estoy rendida y no tengo ganas de nada en absoluto. Me dirijo a la ducha, unas horas de descanso me ayudaran a completar al menos parte del trabajo. ****** Salgo del baño mas relajada y con la mente mas despejada para trabajar, efectivamente se me hizo tarde y son once y media de la noche. Divago demasiado con todo, todo el maldito tiempo. De todas formas lo intento, siguiendo que debe ser en colores que contrasten, fríos segun me tocó. Hago algunos bocetos pero nada bueno, hago bollos con los bocetos. Algo no me deja distraer mi mente, otra vez el invencible sueño me bloquea ante todo, logro ver que el reloj acaba de marcar las doce en punto. "Seis horas de Marte, eso bastará para todo" susurro antes de caer rendida y una silueta masculina se sitúa junto a mi, no puedo ver bien todo se torna borroso y lejano; toma mis lápices y mis hojas. Son las seis de la mañana, veo el trabajo completo.
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Uno de los bocetos esta estirado de nuevo y tiene una nota; "Decidí hacerte un favor, me base en algo bastente psicodélico, en tí. Lamento si estas preocupada, podríamos hablar cuando regreses de estudiar. Nos vemos, Marte." Aún me cuestiono porque Marte se interesa en mí. Aún me cuestiono por qué le resulto importante.
