Tras bambalinas de Circus.

8.

3 meses más transcurrieron desde todo lo ocurrido en el pueblo abandonado, donde habían encontrado a aquel enemigo, a aquel hombre alto de cabellera color ladrillo; Uro había logrado recolectar varios datos de Yukio, su casa estaba cerca de los lugares que frecuentaba para negociar dinero por una vida; revisaría posteriormente su casa a ver si encontraba alguna sorpresa.

En la nave todo iba bastante bien, o al menos eso parecía; era imposible que Yukio olvidara por completo a Ren, cada día que pasaba le resultaba peor, ¿cuándo regresaría a su preciado hogar?. Incluso si disfrutaba medianamente de su estancia con los de Circus, extrañaba su casa por el simple hecho de que su hermano estaba ahí.

Estaba ahora en compañía de Gareki, Nai y Yogi, que sostenían una conversación del próximo lugar al que sólo irían a pasear como cuando conocieron a Yanari.

—Podemos ir a Parco dei fiore. —sugirió el mayor, pensando en un romántico paseo en bote con Yukio, rodeados de árboles y arbustos con bellas flores adornándolos, con nenúfares en el agua y pececillos nadando por ahí— ¿no, Yukio?

—¿Hm? —emitió la chica, tratando de buscar en locaciones que conociera con ese nombre— Por lo que he leído, es más para parejas que para una salida grupal...

—Ah, ya veo..., Yogi, pensabas llevar ahí a Yukio para darle unos buenos besos, ¿verdad? —cuestionó un tanto molesto Gareki, quien estaba acostado a un lado de la muchacha— ¿Por qué? ¿Te gusta? ¿Eso es? ¿O quieres un encuentro más carnal?

La pálida joven frunció el ceño y soltó un "tch", dándole después un empujón a Gareki; el rostro de Yogi había cambiado a un tono encendido y rosado, estaba tan apenado, ¿qué pensaría ahora de él? ¿Que es un pervertido en potencia? ¿Que la ve como un objeto de placer?; Nai no entendía del todo a qué se refieran con "encuentro más carnal", y estaba un poco confundido por la charla...

—¡G—Gareki! ¡No soy ese tipo de persona! ¡Sólo fue una sugerencia! —aclaró el rubio entre gritos nerviosos, apretando la manta que cubría la cama—

—Hm, un algún lugar boscoso estaría bien, ¿no? —sugirió Yukio evadiendo aquella incomoda charla que iba a propiciarse— Podemos pasar el rato en algún recorrido, o prender una fogata...

—¿Como a Feuchter Wald? Es como una hora de viaje, me interesaba visitarlo...—comentó Gareki bastante ilusionado por la propuesta—

—Me parece una propuesta estupenda. —dijo la euroasiática asintiendo con la cabeza—

Al final, acordaron que irían a aquella zona boscosa; alistaron las cosas que usarían al día siguiente, comieron y pidieron el permiso, que les fue autorizado; cada quien se fue por su lado después de aquello.

Amanecieron en un día medianamente frío, todos llevaban ropa que abrigaba un poco, para que no se enfermaran si llovía. Todo fue aburrido en el transcurso a llegar allá, hablaban de cosas muy al azar; el recorrido que habían decidido tomar parecía entretenido, contaban la historia del bosque y todos escuchaban atentos. Hablaban de los típicos cuentos de terror que solían ser casi una tradición en los campamentos, con amigos que buscaban asustarse entre ellos, jugándose bromas y cosas de ese estilo.

—V—Vaya qué los relatos son escalofriantes, ¿no, Yukio? —dijo Yogi pegándose a ella y descansó la palma de su mano en su hombro— Q-Quiero decir, ¿te imaginas que se te aparezca un fantasma de repente? ¿no te preocupa?

—Hm...no demasiado, no creo qué tales cosas sea reales, de hecho. —contestó su interlocutora, mirándole seria para luego posar su mirada en la mano de Yogi— Son sólo tonterías para evitar que los niños salgan al bosque en mitad de la noche...