Tras bambalinas de Circus.

23

Aquello que distrajo a Uro fue la aparición de Hanon y de Yogi. La albina fue directamente a atacar a Uro para que no hubiera completara su cometido, y Yukio pudo moverse levemente hacia Adam, quién le cedió la pistola.
El cuerpo pálido de la joven estaba lleno de moretones, pero no eran visibles por la ropa que llevaba puesta, a excepción de algunos rasguños que tenía en la cara; le costaba reincorporarse, pues había sido ella a quien le habían contusionado.

—¿Cómo te encuentras? —preguntó el azabache, vacilando un tanto debido a los sucesos previos— ¿Te duele mucho?

—Deshecha.., pero no es la primera vez que algún Varuga me da una paliza. —contestó Yukio, sacudiéndose un poco el polvo de sus prendas y parándose— Casi hemos salido de esto...

Yogi luchaba contra la monstruosa criatura, que era a lo que la aún pareja le prestaba atención hasta que Hanon salió disparada al otro extremo de la azotea.

—¡H-Hanon! —gritó la mayor, intentando moverse lo más velozmente posible dada su condición, pero Uro la detuvo hecho una furia le arrebató la pistola, y sin pensarlo dos veces dirigió el arma a ella disparando 1 vez a su pierna— ¡...!

Yogi instintivamente volteó la cabeza, al escuchar la bala y  se encontró con Yukio nuevamente en el suelo. Incluso si sólo se distrajo un par de segundos, el Varuga logró rasguñarle el brazo con su mano, que podía transformar en una especie de arma punzocortante.

El enemigo principal de ambas muchachas se incó, le tomó el rostro con cólera en su mirada y le escupió. La joven apretó la mandíbula con los ojos cerrados, su sentir actual era una combinación de humillación y furia, pero cada vez se sentía más débil para poder hacerle algo a quien tanto detestaba.

—¿Crees que Circus siempre podrá resolver toda la mierda que provocas? —preguntó irónico el mayor, poniendo la pistola en la sien de Yukio y cargando el arma— ¿Crees que te salvarán de esto? ¿Qué se siente estar del lado indefenso? ¿Consideras que mereces seguir viviendo después de todo lo que has hecho?

—Vete al carajo. —masculló la joven, ejerciendo presión sobre su herida en la pierna; mala fue su sorpresa al ver cómo la mano con la que éste sostenía la Glock cambiaba de dirección hacia Adam, y apretaba el gatillo— ¡BASTARDO HIJO DE PERRA!

La bala impactó en el abdomen de su tan querido pecoso, quién bajó la mirada al sentir como el pequeño trozo de metal atravesó su ser y luego miró a Yukio un tanto preocupado. Ésta frunció las cejas, experimentado cómo se le encogía el corazón, pero vacilaba entre hacerle algo al autor de los hechos, o en ir a ver el estado del chico.

Uro, por su parte, no iba a fluctuar en hacerle más daño a la euroasiática, pero Hanon impidió que eso sucediera empujando al hombre con fuerza, permitiendo que su amiga pudiese ver al joven Peterson; fue tan rápido como pudo y tomó sus mejillas entre sus manos

El azabache se había tornado pálido, y no decía una palabra a causa de la conmoción, sólo tenía su mirada fija en ella, que ahora presionaba en la lesión del abdomen para evitar que se perdiera la menor cantidad de sangre.

—...Y-Yo te juro que te salvaré, no permitiré que mueras. —titubeó la menor con una expresión de aflicción, no tenía idea de si sobreviviría, pero intentaba ser positiva— Vivirás e incluso si...

—D-Deberías preocuparte por ti, después de todo siempre fue así, ¿o qué no? —jadeó Adam apartando las manos de Yukio de su cuerpo, con muy poca fuerza— No pretendas que te importa lo que me pasa, si sabes que sólo quieres que viva para no sentirte mal.

—¡¿Quieres ponerte insufrible justo ahora!? —le gritó ella, con los ojos cristalizados y los puños cerrados— ¡Deja tu ira a un lado por un puto segundo! ¡Sí, maté a tu padre, y me arrepiento por el daño que te hice, pero mira la situación en la que estamos! ¡¿Vale la pena ponerte a gritarme cuando por una vez en la puñetera vida, intento hacer lo correcto!?