Aquel día en el que Adam y Yukio se conocieron, la vida de todos había cambiado totalmente.
Especialmente la de Yogi, tenía miedo de que estos dos se enamoraran, pues de ser así, su amor con la asiática europea no sería más que un deseo, un pensamiento...
Cada vez que la visitaba temía por la noticia de que ambos fueran novios, que en algún momento vivirían juntos, y a él lo dejarían en el olvido...
Algo que lo distraía un poco era el baile, ansiaba ver a Yukio con su vestido y sorprenderse, sentir nuevamente la fascinación por apreciar su ser, pero de una forma distinta; imaginárselo le traía cierta tranquilidad en medio de todo su caos de emociones...Dos días antes del baile, Yukio y Adam decidieron salir juntos, para conocerse mejor.
Se citaron en un jardín bastante bello, pero no muy transcurrido por esas fechas que solía llover bastante.
Yukio llegó quince minutos tarde, bastante apenada, con un clavel sostenido por una de sus manos, que después entregó al azabache.—No sé cómo se supone que suceden las cosas, pero supongo que a todos les gustan las flores. —dijo Yukio un tanto agitada, pues para llegar tuvo que correr muy rápidamente—
—Es un detalle inesperado.—habló Adam, sin importarle el retardo, tomando la planta entre sus dedos mostrando una pequeña sonrisa, observó la flor detalladamente y suspiró— Es de verdad hermosa, gracias.
—Te traeré una siempre que llegue tarde. —rió Yukio de manera nerviosa, sentándose a su lado en la banca, frotando sus dos manos para entrar en calor— ¿Qué tal estuvo tu semana?
—Bien, realmente, aunque evidentemente esperaba ansioso este día. —bajó la mirada el joven, sosteniendo con ambas manos el clavel, luego regresó su mirada a ella—Siempre es una placer verte, aunque sea la tercera vez que sucede.
—Hmmm. —emitió Yukio sin saber qué decir; pretendía averiguar de dónde creía conocerlo, pero no sabía abordar el tema, y no quería preguntárselo de manera directa—
—No es mi intención incomodarte, pero aunque asegures que la primera vez que nos vimos fue aquel día en la madrugada, inexplicablemente siento que hace tanto que te conozco. —soltó el de piel trigueña, un poco dubitativo de su comentario—
—¿Ah sí? —preguntó sorprendida, sintiendo que le había leído la mente—
—Me acuerdo de un orfanato...—respondió él mirando arriba, intentando recordar el resto de su pasado— A menos que me equivoque de persona, nos veíamos seguido...; siempre te seguía un niño más pequeño de cabello púrpura con ojos grandes, los tres nos hicimos amigos pero de la noche a la mañana el orfanato cerró y desapareciste....
—...—calló la peli-azul, ahora todas las memorias volvían a su mente, el momento en que se conocieron, su amistad, y su huida del lugar; miró después a Adam, con los ojos bien abiertos—
—¿Sí? —cuestionó Adam un tanto preocupado de haberse equivocado de persona—
—En efecto. —dijo ella aún impactada al recordar quién era su interlocutor—¡Qué locura! Ha pasado tanto tiempo...
Su conversación fue bastante entretenida después de eso, contaron sobre cómo les había ido en sus vidas desde su infancia, omitiendo evidentemente toda su historia de "criminal".
El día pasó rápidamente, tomaron un chocolate caliente con malvaviscos pequeños y caminaron por la ciudad en buen rato, hasta que tuvieron que refugiarse debajo de un techo pues la lluvia se soltó de manera incontrolable; Adam llamó a su chófer y mientras lo esperaban siguieron hablando.—Bajó considerablemente la temperatura, ¿no? —preguntó Adam para iniciar nuevamente una conversación, sacando un par de guantes de cuero y poniéndoselos—
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Tras bambalinas de Circus.
FanfictionLa historia se desarrolla en un país europeo, en el cual se están dando casos de figuras humanas que mutan a criaturas monstruosas sin explicación concreta; Circus, una organización del gobierno, busca encontrar la fuente de estos fenómenos, pero en...