Día 3.

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Silencio. Esa es la única palabra que puedo usar para describir ese día. De hecho, cada día después del segundo ha sido puro silencio. No había ninguna palabra que decir. Todavía no hay.

Los chicos y yo nos sentamos rígidamente en el sofá de Gonza, lagrimas derramándose de nuestros ojos y mojando completamente nuestras mejillas. Ya no éramos Combate.

Nunca hubo un Combate sin ti, y esto no es combate sin ti.

Así que ese día nos la pasamos hundidos en nuestros despreciables pensamientos, y preguntándonos que deberíamos hacer ahora que te habías ido

99 días|| Brunaela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora