Días 23 y 24.

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Veintitrés:

La terapia es una tortura absoluta. No estoy mejorando para nada. Sara me sigue diciendo que me rinda, que deje de escribir aquí por que no me esta ayudando en nada. Pero no puedo parar. Si lo hago, siento como si te estuviera traicionando.

No te puedo defraudar. No otra vez.


Veinticuatro:

Sara me pregunto acerca de la carta hoy. No se por que nunca me había preguntado acerca de ella. Cuando me preguntó, no pude contener mis lagrimas, aun así, le di la carta que ahora solo era un pedazo de papel arrugado. Es raro que lleve tu carta conmigo a todos lados? Se siente como si tuviera una clase de fuego haciendo un hoyo en mi bolsillo, recordándome el dolor que todo esto me causa a todos lados donde vaya, pero simplemente no la puedo dejar. Es una de las ultimas memorias que tengo de ti.

99 días|| Brunaela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora