Thomas Sanderson: uno de los mejores agentes secretos se verá envuelto en la aventura de su vida, al aceptar una misión que le dará la oportunidad de obtener el cargo que tanto desea; pero no será fácil. Todo cambiará cuando se enamore de la chica q...
Tiempo después llegamos a la playa del hotel de la misma cadena de nuestro hotel, la cual era una de las playas pertenecientes a Waikiki. Y Chuck tan pronto y nos instalamos se quitó rápidamente la ropa, dejándose el traje de baño únicamente, y salió corriendo rumbo al mar.
Había muchas cosas por hacer y no sabia cual de todas practicar. Los padres de Adelaide estaban nadando ya en el mar junto con ella, ¿pero donde demonios estaban el clan de los hermanos?.
Me acerqué a una de las barras del hotel de la misma cadena de nuestro hotel, y gracias a los brazaletes de identificación podías hacer uso de las albercas, barras libres, restaurantes, toallas, etc.
Tomé asiento en la barra y pedí una piña colada. Todo era tranquilidad hasta que...
—¡Thomas!—exclamó George.
Probablemente ya venían a amenazarme también.
—¡¿Porqué esa mirada?!. Venimos a hablar contigo—dijo Fred y aquello hizo que les pusiera atención, tal vez no venían con afán de causar conflicto. Tomaron asiento en los bancos altos enfrente de mi, pude ver que traían un delicioso helado en copa de vidrio -. Perdona a Daniel y a Henry es que son muy sobre-protectores, lo que pasa es que cuando los tuvieron, mamá pensaba que iban a nacer niñas así que les compraron muñecas y les gustaba jugar mucho a la mamá...
No sabia si reírme o impresionarme. Nunca supe si la historia era cierta o falsa.
—Así que no saben lo que hacen. Pero para que te alegres tu día—George alzó la copa de helado—. Te trajimos esto. Para que veas de que lado estamos.
Estos chicos desde el inicio me habían caído bien. Agradecí por el helado y lo tomé sin dudarlo, parecía ser de vainilla, con chocolate derretido. No era mi sabor favorito, ese era el de chocolate, pero aun así siempre una buena vainilla en un calor como este es bien aceptada.
—Bueno ya nos vamos, Adelaide está con papá y mamá en el mar, digo por si quieres ir a verla, y mejor aprovecha el que no vino el tarado de Bash—me aconsejó Fred.
—Si, muchas gracias chicos es bueno saber que al fin alguien está de mi lado.
—¡Disfruta el helado!—se despidieron los gemelos muy amablemente.
Metí lentamente la cuchara para disfrutar cada segundo del helado. Llevé la cuchara hasta mi boca y cuando por fin lo probé.....
De inmediato lo escupí, pero desgraciadamente ya había tragado lo suficiente como para que el sabor se me quedara tatuado en el paladar por el resto del día.
El helado que era supuestamente de vainilla era realmente de papa con chocolate derretido. Todavía no puedo comer puré de papa del asco que me produce. ¡¿Qué demonios les sucedía?!. ¡Eran unos malditos!. Estaban obsesionados con las papas, pensé al recordar el peinado que le habían hecho a Bash en el aeropuerto.
Eso me dejaba las cosas muy en claro tenía a todos sus hermanos en mi contra, esto apenas empezaba y sobre todo.... Que iba a ganar la guerra.
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