Thomas Sanderson: uno de los mejores agentes secretos se verá envuelto en la aventura de su vida, al aceptar una misión que le dará la oportunidad de obtener el cargo que tanto desea; pero no será fácil. Todo cambiará cuando se enamore de la chica q...
Espera. Era real. Porque con solo mirarle a los ojos sabía que era verdad. Lo que según ellos provenía de un delirio, era la realidad que ahora frente mis ojos se alzaba. Tal vez por eso es que nunca hay que dejar de imaginar porque tal vez algún día se pueda tornar en realidad.
—¿Recor.....
Me interrumpió en medio de mi habla. Su primer beso fue fresco, como el caer de un copo de nieve en tus labios. Aquel tacto ya lo había sentido antes, era la prueba que hacía falta para dejar de fantasear y empezar a vivir lo que había entre él y yo.
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Era lento, como el compás de una melodía de violín, la cual comenzó a incrementar, como el sonido de una completa orquesta. Dejé de lado la pena y la abstinencia, él con cada gesticulación de los labios me acercaba más hacia el como si la distancia fuera su única enemiga. Enredé mis manos en su cabello, disfrutando de cada mínima dosis de él, no era el degustar de sus besos, ni la ambición de sus manos, sino era el disfrutar de Thomas, el deleitar de sus sentimientos.
Me alejé para lograr respirar, después de lo que sucedió, él ahora comprendía mi estado de salud.
—Me cuesta tener que dejarte de besar—dijo sin aliento.
Sonreí apenada, probablemente mi nariz estaba más roja que una cereza.
—Creí que era mentira lo que había sucedido...—agaché la mirada, apenada.
—Descuida. Lamento. Haberte hecho pasar por un mal rato. Lo único que espero que me dejes hacer es vengarme de tus hermanos.
Solté una risita. Me los imaginaba al más puro estilo de Bad Blood.
—¿Te gusta la venganza verdad Sanderson?.
—Que mejor que la venganza Neeson.
Cuando menos me di cuenta ya estábamos besándonos de nuevo. Sus labios me consumían, sus sentimientos me poseían y sus manos me dominaban. Es entonces cuando desearías largarte a las páginas de algún libro que exista un mundo en donde puedas ser feliz sin la existencia de nadie más, a la cual no afectes a los demás con tu felicidad. Si tan solo pudiera volar...
Quería ponerle fin a mi pasado con Bash e inicio a mi futuro con Thomas.
Solo que no sabía cómo... Si terminaba con Sebastián, él podría tomar represarías tanto en mi contra como en contra de mi familia, e incluso hasta Thomas podría sufrir las consecuencias. Sin embargo no soy la clase de chica que gusta de cazarse de blanco con el príncipe azul, Sebastián podría ser el mismísimo estereotipo viviente del mejor novio, pero no para mí.
