El hijo del ex capo de la mafia que todos creían muerto ha vuelto con el único fin de recuperar lo que a traición, le fue arrebatado a su familia.
Decidido a consumar su venganza contra sus enemigos a quiénes alguna vez llamó familia, se unirá con...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Entré a mi habitación con la mano sobre la boca para que no me escuchara sollozar ¿Cómo es posible que pueda vivir con tanto dolor? ¿Cómo puede soportar tanto? Han pasado cinco años desde que Andrea perdió a su hermana, su hermana era Karen, esa chica ya la había visto, es Karen, por eso tan protector con ella, es la hermana de la mujer que aún ama. Suspiro, siento tanto dolor por él, perder a sus padres, a sus hermanos, a la mujer que ama, Dios no, entonces tuve la idea más estúpida del mundo, pensé en que, probablemente, él me necesitaba. Así que volví a su habitación, tenía los ojos cerrados, me acomodé a su lado, y creo que lo asusté en el proceso.
— Creí que no le gustaban los abrazos. — maldito comentario mío que se me salió una vez.
— No me gusta que nadie me abrace, pero creo que tú, eres mi todo. — dejó de respirar, no podía mirarlo a los ojos después de decir la estupidez más grande de la historia contada por el hombre, en donde una mujer, lleva cuatro días conociendo a un hombre y le ha dicho que es su todo, voy a pasar a la historia como la más estúpida de las amantes.
— ¿Siempre eres tan bipolar?
— ¿Siempre eres así de idiota? — finalmente lo miro.
— Grosera.
— Grosero tú ¿Quién te da derecho a verte guapísimo aún con la cara destrozada?
— Victoria, vamos a ser bien claros, son cuatro días, nos conocemos desde hace cuatro, el primero, casi me matas con tu arma, el segundo, me besaste, en el tercero me estrellé en el suelo porque asustaste mi caballo, hace diez minutos, fuiste muy grosera y ahora me dices que soy tu todo ¿Cómo debo tomar eso?
— Estoy loca, me gustas, pero me caes mal también, ranchero chocoso. — se ríe, se toca las costillas para evitar lastimarse. — En mi defensa diré que Romeo y Julieta se enamoraron en un día.
— ¿Estas contemplando que terminaron muertos? – dijo él.
— No, claro que no. — digo indignada.
— Bueno, deberías, lo que pasa acá es serio Victoria, y si algo me prometí hace cinco años es no volver a sufrir por amor, también me gustas, tienes algo que no había visto en una mujer hace años, pero no quiero sufrir de nuevo, no quiero volver a perder.
— Yo tampoco quiero, yo también perdí a alguien en esto.
— Pongámonos de acuerdo entonces.
— ¿Sobre qué?
— Vamos a mantenernos vivos ¿Te parece? cueste lo que cueste.
— ¿Matemos a quien matemos?
— ¿Tú, mataste a alguien?
— Si, seguramente sí, no por nada soy la mamba negra.
— La cosa se va a descontrolar cuando me recupere Victoria.
