Terreno Peligroso (Cross Gene) [Editando]

Capítulo 4

-Estas en territorio de los Zang. Y las decisiones no las tomas tú -le espetó, mirándolo con gesto sombrío- Iré por las llaves y los zapatos. No te nuevas.

Takuya cerro los ojos y respiro hondo, casi convencido de que estaba sumergido en una lujubre pesadilla. Pronto, despertara y comprobará que todo aquello había sudo fruto de su imaginación. Zang ZeXiang, pensó y susurro su nombre entre dientes, tratando de encontrar un significado. ¿Por qué había ido a verlo? ¿Qué quería su padre? ¿Y como había ido desde Japón a China? ¿Tenia equipaje en alguna parte? ¿Alguna habitación en un hotel? ¿Vehículo? Tal vez, un ordenador portátil? En su mochila, no tenia más que el teléfono, algunas galletitas y pañuelos de papel.

Entonces, frunción el ceño, petrificado. ¿Cómo podía saber lo que era un ordenador portátil y no recordar su propio nombre?

ZeXiang volvió a entrar en la habitación y lo miro con expresión velada.

- He hablado con YonkSeok. Nos espera. Vamos.

Takuya grito conmocionado cuando él lo levantó en sus brazos, con mantas y todo.

- ¿Te he lastimado? - preguntó preguntó el, quedándose inmóvil -. Lo siento - rezongo al instante.

Takuya negó con la cabeza, temblado por el ancho pasillo.

- Me has asustado. Eso es todo -afirmó el. Por nada del mundo pensaba admitir que estar entre sus brazos era excitante y lo consolaba al mismo tiempo.

Su aroma y el latido de su corazón lo reconfortaban y le daban una ilusoria sensación de seguridad.

ZeXiang caminaba demasiado deprisa para que el pudiera hacer una inspección a fondo de la casa. En cuestión de minutos, estaban fuera de la casa. El aire fresco de la noche de primavera los envolvió cargado de dulces fragancias.

ZeXiang lo llevaba con cuidado, pero de manera impersonal. Aquel hombre olía a madera y a champú masculino y, a pesar de sus ocasionales muestra de animosidad, se sentía seguro en sus brazos. Pero el peligro oculto de estar con el podía ser más amenazante.

ZeXiang tenia el jeep aparcado en un gran garaje en la parte trasera de la casa. El edificio, lo bastante grande como para albergar una flota de vehículos, había sido diseñado para fundirse con el paisaje, igual que la casa. El lo dejo en el asiento del pasajero y dio la vuelta al coche para ponerse tras el volante. Había mucha niebla. Takuya tembló al mirar a su alrededor, más por la sensación de aislamiento que por el frío. Aquello parecía un escenario sacado de una película de terror.

- ¿Dónde estamos? -pregunto Takuya, apretándose la manta contra el pecho.

- En la montaña Zang -repuso él.

- Espero que no sea un sitio siniestro como es su nombre -comento él, tras aclararse la garganta.

El soltó una breve carcajada y, al momento, se puso serio. Takuya intuyó que su anfitrión no quería darle ninguna muestra de debilidad.

- Este es mi hogar. Crecí aquí con mis dos hermanos y primos. Estoy seguro de que lo sabes -aventuró el con cara de pocos amigos -. Mi familia no tiene secretos.

Takuya quiso pedirle más detalles, más explicación. Pero, al parecer, su pregunta inocente había tocado un punto sensible. Así que prefirió mantenerse callado, aferrándose al reposabrazos mientras ZeXiang coche serpenteaba por el abrupto camino.