Capitulo 2

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Takuya trato de recuperar la compostura, seguro de que en cualquier momento podría poner sus neuronas en orden. Parecía estar inmerso en una pesadilla. Un hombre ceñudo lo atendía con patente reticencia. 

Era muy alto. Tenia un rostro muy masculino, atractivo, aunque no era guapo en el sentido estricto de la palabra. Nariz rota, mandíbula que parecía tallada en granito y ojos como la noche, tanto que no se le diferenciaban las pupilas. Su pelo era negro y le daba un toque salvaje que delataba su desprecio de las convenciones sociales. Espesos e indomables mechones le caían sobre la cara de vez en cuando y, al mirarlos, Takuya tuvo la tentación de acariciarlos para ver si eran tan suaves como parecían. Tenia el pecho bronceado y musculoso, con tres pequeñas cicatrices en las costillas. Observándolas, Takuya frunció el ceño, deseando poder tocárselas, saborearlas. Lo cierto era que estaba impresionado por lo magnifico que era aquel hombre.

Al fin, ZeXiang salio de la habitación y cerro la puerta. Takuya cayo en un sueño ligero e inquieto, salpicado de despertares llenos de dolor y soledad. La penumbra de la noche pintaba la habitación cuando su anfitrión regreso. Llevaba una bandeja que dejo a los pies de la cama, sobre un baúl de madera. En ves de encender la lampara del techo, prendió la pequeña luz de la mesilla de noche. Luego, se acerco al herido.

- Tienes que incorporarte y comer algo.

El estomago le rugió al olor de la comida. El hombre lo ayudo a sentarse. La piel le ardió en todas partes donde ZeXiang lo toco para incorporarlo. Cuando estuvo listo, el le coloco la bandeja sobre el regazo. Takuya contuvo el aliento al mover las piernas. No se había dado cuenta hasta entonces de que se había herido en mas sitios aparte de la cabeza. Entonces, su anfitrión respondió lo que el no había llegado a preguntarle.

 - Mi hermano, YongSeok, te ha puesto seis o sietes puntos. Te golpeaste con una piedra afilada cuando te...

El hombre se interrumpió con gesto de disgusto. Acerco una silla a la cama y se sentó, observadolo mientras el comía. Si no hubiera estado muerto de hambre, su intenso escrutinio lo habría puesto nervioso. Pero debían de haber pasado horas desde que había comido por última vez. En la bandeja, había sopa de pollo con zanahorias y apio. Takuya tomo un pedazo de pan caliente y lo devoró con gusto.

Ni él ni su acompañante dijeron una palabra hasta que hubo terminado el plato. Después de quitarle la bandeja de encima, el se sentó de nuevo, cruzándose de brazos. ZeXiang llevaba unos vaqueros gastados y una camisa grande tejida a mano. Y estaba descalzo. Todo en el emanaba confianza y superioridad. Takuya lucho contra el pánico, tratando de retrasar el momento de la verdad.

- Tengo que ir al baño - dijo Takuya, comprendiendo que iba a necesitar su ayuda para ponerse en pie. La pierna herida le dolía demasiado. Sin embargo, tras un momento, fue capaz de cojer solo hasta el cuarto de baño.

Era una habitación enorme con una ducha de piedra y cristal. De pronto, Takuya se imaginó a aquel hombre viril y misterioso desnudo bajo el chorro de agua. Al pensarlo, le temblaron las rodillas. A pesar de su malestar, no podía ignorar el poderoso atractivo de si anfitrión. Después de usar el baño y lavarse, cometió el error de mirarse al espejo. Su imagen lo dejo perplejo. Estaba mas blanco que la leche y tenia todo el pelo enredado.

Entonces, rebuscó en los cajones, hasta encontrar un peine. Cuando intentaba peinarse, se lastimo en la herida de la cabeza y grito de dolor. Al instante, ZeXiang estaba a su lado, sin ni siquiera haberse molestado en llamar a la puerta.

- ¿Que ocurre? -preguntó ZeXiang-.¿Te encuentras mal? -añadió y, al momento, se dio cuenta de lo que Takuya había estado intentando hacer -. Olvidarte de tu pelo - murmuró, tomándolo en brazos para llevarlo a la cama.

Cuando estuvo acomodado sobre el colchón de nuevo, con una paquete de hielo en la pierna, el le tendió dos pastillas analgésicas e insistió en que se las tomara con un poco de leche. Takuya se sentía como un niño, aunque todo su cuerpo estaba reaccionando ante aquel extraño.

- No te vayas  soltó el cuando vio que el hombre se dirigía a la puerta, sonrojándose.-. No quiero estar solo.

ZeXiang regreso a su silla, dándole la vuelta para sentarse a horcajadas, con los brazos cruzados sobre el respaldo. Su expresión era difícil de descifrar.

- Estas a salvo aquí - susurro él -. Y mi hermano dice que te recuperaras pronto.

Su voz le resultó a Takuya más suave que una caricia. Sin embargo, al momento, percibió en el cierta mirada de desconfianza y sospecha. Que diablos podía un hombre así temer de el en el estado en que se encuentra?

- ¿Tu hermano vive contigo?

- Yonk Seok tiene una casa en la finca - respondió él, frunciendo el ceño-. ¿Por qué has venido?

Sintiéndose de nuevo sin energías, Takuya aparto la vista hacia la ventana.

- No lo se.

- Mirame.

El obedeció con reticencia, desorientado y avergonzado.

- Eso no tiene sentido - señalo ZeXiang.

Takuya se mordió el labio, tratando de contener las lágrimas.

- Pareces enfadado. ¿Conmigo?

Durante una milésima de segundo, algo parecido al miedo le asomó a los ojos, mientras se aferraba con fuerza al respaldo de la silla. Pero, al instante, desapareció.

- Nada de eso. Pronto vas a irte.

Estaba mintiendo. Takuya lo sabía con certeza. Y estaba indignado. Para ZeXiang era un problema tenerlo en su casa. Un problema muy grande, pensó y se destapó, lleno de pánico y agitación.

- Me voy.

Frunciendo el ceño, el volvió a taparlo.

- No seas ridículo. No estas en forma para ir a ninguna parte esta noche. Puedes quedarte en mi cama. Pero mañana te iras.

El dolor que Takuya sentía en la cabeza era demasiado intenso. Además, lo inundaba un inexplicable apresion.

- Por favor - musitó Takuya, aferrándose a las sábanas, mientras se esforzaba en controlar un ataque se nervios.

- ¿Por favor que?

-Por favor, ¿dime quien soy?

Terreno Peligroso (Cross Gene) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora