Takuya llenó la bañera de agua.
Era un cobarde. Y un imbécil. No había adjetivos suficientes para describir lo mal que pensaba de si mismo en ese momento. Le había dicho a ZeXiang que se había enamorado de él y había echado el freno. Había actuado como un manipulador.
Él quería aprovechar la oportunidad que la vida le brindaba de estar con ZeXiang, aunque fuera solo unos pocos días. Sin embargo, lo había echado todo a perder.
Cuando se iba a meter en el agua caliente, notó que la cara le ardía. Pero no era por el calor, sino de humillación. No podía sacarse de la cabeza la expresión de pánico que había esbozado ZeXiang cuando le había hablado de amor. ¿Acaso había esperado él que se tirara a sus pies y le declarara su rendición incondicional?
Takuya se río de sí mismo con amargura. Era posible que lo hubiera asustado y, a partir de entonces, fuera él quien no quisiera tener sexo. Los tipos con fobias al compromiso solían terminar sus relaciones y evitar a toda costa las situaciones que los hacían sentir incómodos, caviló, mientras alargaba una pierna para pasarse la cuchilla. Y, a juzgar por la cara que ZeXiang había puesto cuando él le había confesado sus sentimientos, se había sentido muy, muy incómodo.
Era doloroso. Debía reconocer lo evidente. Eran dos personas muy diferentes. Y veían el mundo de manera distinta. No debía de olvidarlo.
Por eso, la pregunta era si tendría las agallas necesarias para llevar aquella aventura hasta el final. ¿Y podría soportar la mirada de desprecio de ZeXiang si la verdad acerca Terada Takuya no tenia nada de honorable.
Takuya le había prometido pasar la velada con él. Incluso en medio de la multitud, la atracción que los unía sería difícil de ignorar. No era justo para ZeXiang que él le enviara mensajes contradictorios. O lo deseaba o no. Así de sencillo.
Esa noche, cuando regresaran al hotel, tendría que dar un paso al frente o retirarse, se dijo Takuya. De una vez por todas.
Después del baño, revisó las opciones que Amber le había preparado para la fiesta. Habían tres trajes, todos de diseñadores famosos y todos muy hermosos, de color rojo vino, azul oscuro y negro. El último parecía la opción más modesta.
Al estar frente al espejo, no era el mismo. No era la persona que sufría de amnesia.
Cuando tuvo el pelo casi seco, se peinó los pequeños rizos con los dedos, para darle un aspecto deliberadamente desarreglado. Una vez listo, comenzó a dar vueltas en la habitación como un león enjaulado, debatiéndose entre ir a ver a ZeXiang o seguir escondiéndose hasta el último minuto.
Sin embargo, no tuvo que decidir nada. El teléfono de la suite sonó. Era él.
-¿Hola?
-Es la hora, Takuya.
-Ya voy - repuso él con el estómago encogido.
Cuando abrió la puerta, el corazón se le aceleró al verlo. ZeXiang llevaba un esmoquin impecable. Se había recortado el pelo. Estaba impresionante con unos pantalones que se adaptaban a sus fuertes muslos.
ZeXiang lo miro con ojos de animal de presa.
-Estas muy guapo - dijo Takuya en voz baja -. Estoy seguro de que el senador quedará impresionado.
***
ZeXiang se quedó sin palabras durante diez segundos. ¿Que había pasado con el pequeño y delicado Takuya? Él hombre que tenia delante parecía un Dios. Seguro de sí mismo, sensual, sereno y bello.
ESTÁS LEYENDO
Terreno Peligroso (Cross Gene) [Editando]
Mystery / ThrillerZang Ze Xiang intentaba ocultarse del mundo... hasta que Terada Takuya se presento ante su puerta víctima de un accidente. El huraño millonario conocía a esa clase de personas. Sabia que Takuya quería algo, algo que el llevaba toda la vida intentan...