"... El cuerpo sin vida del joven Gerard Way, de 23 años, fue encontrado el lunes pasado cerca de la orilla del río en lo que parece ser un aparente suicidio. Fuentes cercanas aseguran haberlo visto rondar por las calles, con la mirada pérdida y la camiseta con manchas sospechosamente parecidas a la sangre antes de proceder a saltar del puente de la autopista 42. Way había estado desaparecido desde que el cuerpo de su novio, Frank Iero, fue encontrado por un vecino el día anterior. Se encontraron rastros de heroína durante la autopsia realizada al joven, y se presume que atacó a su pareja con un arma contundente y luego escapó, no sin antes de también acabar con la vida de su vecino, Davy Eastwood...
— ¿Podrías apagar la radio, por favor? —murmuró Mikey con amargura ante las palabras del locutor, mientras se concentraba en el camino. Su prometida apagó el artefacto y Mikey sonrió— Gracias, cariño. En serio no quería seguir oyendo eso.
Se encontraban rumbo al cementerio para visitar la tumba recién colocada de su hermano. El entierro había tenido lugar apenas unos días antes, inmediatamente después de la autopsia y que las autoridades se dignaron a devolver el cuerpo a la familia. Fue una ceremonia lúgubre y silenciosa. Sus padres habían asistido al funeral pero no dijeron palabra alguna en todo lo que duró, ellos no lo habían visto desde hacía años, no desde aquella lejana vez que lo echaron de casa y jamás volvió. Pero al parecer la muerte de su hijo mayor no les impidió mostrar su usual desinterés por Gerard. Fue Mikey quien dijo unas palabras en su honor cuando llegó la hora.
Aparcó en el estacionamiento del extenso lugar y Alicia permaneció en el auto mientras que Mikey bajo. Se encontraba casi en la última etapa del embarazo y daría a luz pronto, quizás antes de junio. Caminó hasta llegar a la tumba de Gerard, cuya lápida era de mármol blanco pulido y tenía inscripto su nombre junto con su fecha de nacimiento y muerte. El cementerio olía a césped recién cortado y algunas flores rojas y blancas adornaban la tumba.
Mikey se puso de cuclillas para depositar un ramillete de claveles blancos que había traído para él. Una vez de pie frente la lápida no supo como comenzar. No sabía cómo se sentía al respecto, la relación que habían tenido no había sido la mejor del mundo y habían pasado muchos años sin mantener contacto, pero a pesar de todo seguía siendo su hermano mayor. Y lo que había hecho no justificaba que dejaría de serlo, siempre lo sería.
— Dijeron que mataste a Frank —murmuró, aclarándose la garganta luego de un profundo momento en silencio— Qué atacaste a un vecino, que estabas fuera de sí, y que luego... Luego te quitaste la vida al saltar de un puente. No lo entiendo, Gerard. ¿Porque lo hiciste? —exigió saber duramente al trozo de mármol, tal como si este pudiese responderle. Era obvio que jamás lo haría.
Sintió sus ojos humedecerse. No quería llorar, en serio no quería hacerlo. Pero se encontró haciéndolo sin nada que pudiera hacer para evitarlo. No había llorado en el funeral, se preguntó si aquel derrame emocional se debía a que había preferido guardar sus sentimientos y mantenerlos lejos. Mikey acostumbraba a hacer eso, lo había hecho casi toda su vida.
— No es justo —dijo entre sollozos. También se preguntó si era la única persona que había derramado lágrimas por su hermano.
Sus padres ciertamente no lo habían hecho.
Recordó cuando Gerard había llegado hasta su casa en busca de amparo, aquella fea noche lluviosa y luego había caído inconsciente en sus brazos. Grata fue su sorpresa al abrir la puerta y encontrarse con Gerard; mojado, sucio, y a punto de desfallecer. Las pocas horas que había estado en su hogar él se ocupó de cuidarlo. No podía decir que no le dolía su muerte, no tenía muchos recuerdos junto a su hermano y los que conservaba se encontraban diluidos, pero estaba seguro que jamás los olvidaría, se negaba a hacerlo.
— Fuiste un tonto. Hacer lo que hiciste, sin siquiera despedirte... Alicia dará a luz un varón —dijo luego, sonriendo como un idiota en medio de las lágrimas. Siempre había algo de luz en medio de la oscuridad— Aún no hemos decidido el nombre pero... Estamos entre Ben, William o Robert. Ya veremos cuál quedará. Le contaré sobre su tío, le contaré sobre ti. Tenlo por sentado.
No dijo nada por unos minutos luego de aquello, no hasta que se secó las lágrimas. Se estaba tardando demasiado y Alicia debía estar esperando por él.
— Sé que estuvimos separados por mucho tiempo. Que no siempre nos entendimos y que te ignoré, cuando jamás debería haberlo hecho. Eras mi hermano y te abandoné. Pero ya es tarde para poder revertir mis errores... el hecho de haberte dado la espalda me perseguirá para toda la vida... Nunca me abandonara. Te quiero, Gerard. Espero que sepas perdonarme...
— ¿Usted es pariente del Sr. Way? —una voz femenina dijo de pronto a sus espaldas, provocando que pegara un saltito del susto.
Se volteó y se encontró con una mujer baja, de tez morena y cabello castaño. Mikey asintió con la cabeza, mirando con confusión a la joven.
— Soy su hermano.
La vio rebuscar algo en su bolso y luego le extendió un pequeño trozo de papel algo arrugado— Soy Stephanie, trabajo en la morgue de la ciudad. Su hermano llegó con nosotros el otro día y en enserio le pido disculpas por este accidente, le juro que nunca antes nos había ocurrido...
— ¿A qué se refiere? —preguntó Mikey con el ceño fruncido, tomando el papel entre sus manos.
— Al despachar las pertenencias de su hermano, bueno, en este caso su ropa, y luego entregárselas a los familiares me temo que se nos pasó por alto una nota. Estaba en el bolsillo de su pantalón, desconozco como sucedió, se habrá caído al suelo y nosotros no nos dimos cuenta. Como sea, la encontré mientras hacía la limpieza y me dispuse a venir aquí personalmente para entregársela al encargado, y que luego se la diera a algún familiar, pero lo vi aquí y pensé que usted podría ser uno.
— ¿Una nota? —titubeó Mikey, mirando el papel. ¿Gerard había dejado una nota?
— No la he leído, nadie lo hizo —aseguró— Ahora sí me disculpa, debo volver al trabajo. Que tenga un buen día, Sr. Way. Y de nuevo... Lamentamos lo sucedido.
— Está bien, gracias —agradeció a la mujer. Había sido un buen gesto el de ella.
Luego procedió a desdoblar el papel con suma suspicacia y comenzó a leer , ansioso por saber que decía. Reconoció de inmediato la letra desprolija de Gerard:
No puedo escapar, él me observa. No puedo huir... Él me tiene aprisionado. No puedo correr, él me alcanza. No puedo sonreír, él me lastima. No puedo soñar... Frank aparece en cada uno de mis sueños. No puedo seguir... Me duele si lo intento...
Terminó de leer los pocos renglones escritos con nuevas lágrimas en sus ojos. Gotas cristalinas cayeron sobre el papel poco después; había sufrido, su hermano había sentido dolor y miseria por mucho tiempo y él permitió que lo siguiera soportando. Todo comenzó a cobrar sentido en su cabeza, y se maldijo por haber sido tan ignorante y estúpido.
Pudo haber salvado a Gerard, pudo haberlo hecho si simplemente le hubiera escuchado. Y lloró, lloró con impotencia. En aquel momento se odiaba a sí mismo, se odiaba muchísimo.
— ¿Mikey? ¿Estás bien, cielo? Me preocupaste, has tardado bastante.
La voz de Alicia le tomó por sorpresa. Rápidamente guardó la nota en su bolsillo y se enjuago los ojos llorosos.
— Si... Solo me puse algo emocional, es todo —trató de sonreír a su prometida. Se acercó a ella y la abrazó con fuerza. Estaba agradecido de tenerla a su lado. Alicia era una buena persona.
— ¿Seguro que estás bien? —preguntó ella, al parecer no muy convencida.
— Lo juro —Mikey se separó y besó su frente, rozando su abultado vientre— ¿Lista para irnos?
De ahí irían a la casa de los padres de Alicia, quien sonrió y asintió con la cabeza— Vamos.
Tomó la mano de Alicia y juntos comenzaron a caminar hacia la salida del cementerio, Mikey no sin antes voltear y mirar por última vez la tumba de su hermano.
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Scars on my skin ↠ Frerard
FanfictionFrank Iero es un individuo violento, frío, y controlador. Gerard Way se encuentra bajo los constantes maltratos y abusos de Frank.