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*Capítulo dedicado a Magia_killer y ValenBranco . Lo siento por no dedicar el capítulo como Dios y Wattpad manda, pero mi computadora parece tener problemas con la página. Solo quería agradecerles sus votos, ¡grscias por seguir mi historia!*

***

Practiqué mentalmente lo que le diría a Marinette y cómo se lo diría. Estaba pensando que sería como tener una cita, pero luego de analizarlo bien pensé que sería como una declaración de amor. ¿Qué se suponía que le dijese?

Estuve pensándolo demasiado y al final decidí que le revelaría mi identidad a Marinette. Todo parecía ser perfecto así. Si lo hacía ya no le pertenecería más a Ladybug, lo sabía, pero... Pero me sentía increíblemente mal. Mi Lady se marchó sin decirme a dónde y me dejó con toda la responsabilidad de cuidar de París y yo no podía purificar a los akumas. Ladybug... Quizás ya era momento de dejarla atrás.

¿Eso era lo que yo quería? ¿Realmente podría olvidarla por completo para entregar todo a estar con Marinette?

Las cartas, pensé. Eso me ayudaría a darme cuenta.

Abrí tres de Ladybug, ¡tres! Y sólo hablaba de aventuras que habíamos tenido, de lo mal comediante que era y que a veces al exasperaba, aunque le agradaba tenerme como compañero. Era lo que siempre decía... No tenía nada que esperar.

Pero al abrir la de Marinette...

De: Marinette.

Para: Adrien.

Un día de San Valentín te vi algo decaído, Adrien. Escribías algo enfurruñado en clase y cuando ésta acabó lanzaste algo al basurero. Puede que suene algo acosador, je, pero lo recogí. Era un poema.

Tu bello pero lo oscuro, tus ojos azul cielo.

Quién eres me pregunto, bajo ese tupido velo.

Quiero que correspondas este amor verdadero.

Y a mí lado tú dispongas de un San Valentín entero.

Eso fue lo que escribiste, Adrien. Al principio Alya me convenció que era para mí por las características que decías, pero luego me fui dando cuenta de que no, de que quizás te gustaba otra chica. Sin embargo, mientras aún pensaba que era para mí, respondí tu poema y te lo envié, pero fui tan tonta que olvidé firmarlo. De todas formas, siempre recibes muchas cartas de amor, más ese día, así que de seguro ni notaste mi poema.

Pero quiero que sepas lo que respondí, así que aquí está:

Tu pelo es como el sol,

Tus ojos verde esperanza,

Qué habrás soñado, amor,

Me pregunto sin tardanza.

De la mano pasearemos

En un San Valentín

Y el amor afirmaremos

Los dos en un sentir.

El corazón me comenzó a latir de nuevo de esa manera sobrehumana. Claro que recordaba aquel poema, aún lo tenía guardado. Recuerdo lo que había dicho Plagg al verlo: alguien capaz de escribir algo tan cursi como tú de seguro tiene que ser el amor de tu vida. Recuerdo sentirme terriblemente decepcionado al ver que no firmaba nadie. Recuerdo esperar cada año en busca de que esa persona me volviese a escribir.

–Plagg –dije–, tienes que leer esto.

Plagg lo leyó lentamente, como si quisiera capturar la esencia de todo.

–Tiene que ser una broma –dijo.

–¿Sabes lo que significa?

–¡Marinette es el amor de tu vida!

–Ya no hay nada más que decidir –dije, y me transformé.

Marinette esperaba bajo la Torre Eiffel. Se veía como siempre, pero yo sentía que algo había cambiado. No podía aparecerme como Chat Noir, así que llegué transformado y luego volví a la normalidad. Luego comencé a cuestionarme: ¿debería aparecer como Adrien o como Chat Noir? ¡No tenía idea de qué hacer! Duré lo que me pareció una eternidad, y al final, decidí transformarme. Después de todo Marinette estaba esperando a Chat Noir, no a Adrien Agreste.

–¡Plagg, transfórmame!

Y creo que cometí el peor error de mi vida.

–¿A-Adrien? –escuché una voz tras de mí justo al terminar mi transformación.

–Marinette... –dice, mitad asustado, mitad desesperado.

–Todo el tiempo has sido Chat Noir –dijo ella, no era una pregunta.

–Escucha, Marinette. Tengo algo importante que decirte...

Pero no pude. No pude porque Marinette se echó a llorar, y no precisamente de felicidad.

–¿Pero qué...?

–¿Es que acaso te parece gracioso? –casi gritó–. ¿Es que sólo te mostraste amable para burlarte de mí?

–¡Pero Marinette...!

–¡No quiero volver a verte, ni a Chat Noir ni a Adrien!

Y se fue corriendo.

¿Otro gran error? No la seguí. No tuve la fuerza. No tuve el valor. Me sentí tan derrotado en ese momento que no pude hacerlo. Debí pensar más en sus sentimientos, tanto por esconder a tal punto mi identidad que olvidé pensar en los sentimientos de Marinette hacia Adrien. ¿Por qué ni siquiera pensé en ello?

La esperé en la terraza. No salió. Parece que ni siquiera fue a casa.

Los siguientes días llame a su casa, fui allá, traté de convencer a Alya para que me dijera dónde estaba. Nada funcionó.

Ya casi al final, en la hora más oscura, Alya me llamó. Sólo dijo dos palabras:

–Se marchó.

De nuevo, Mi Lady me había roto el corazón.

*********

(*) Los capítulos doblados que he visto de Ladybug están doblados al español latino, sin embargo, los poemas que puse en este capítulo son los que salen en el doblaje en castellano; me parecieron mejores.

Cartas de Mi Lady.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora