Epílogo.

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Observaba a Marinette enfrentándose a una quisquillosa Alya.

–¡No me mientas, Marinette! Sé que tienes un romance clandestino con Chat Noir, ¡lo vi saliendo por tu terraza la otra noche! ¡No me mientas, amiga!

Estábamos en la casa de Marinette pasando la tarde. Alya estaba allí, y esperábamos a Nino.

–Lamento decírtelo, Alya –dije yo–, pero Marinette no puede tener nada con Chat Noir porque es mi novio.

–¿QUÉ? –gritó Alya sacudiendo a Marinette–. ¡¿Cuándo pensabas decirme esto?!

–¡AHORA! –le respondió Marinette.

–¡No puedo creerlo, Marinette! ¡SIMPLEMENTE NO PUEDO CREERLO! ¡ARRUINASTE MI SHIP DE LADYNOIR!

¿Su qué?

Me eché a reír. Alya se tapó la boca inmediatamente, como dándose cuenta de que se le había salido el tiro por la culata.

–¿Qué? ¿Deseabas que Ladybug estuviese junto a Chat Noir? –dije, a lo que Alya comprendió que sabía la verdadera identidad de Mi Lady.

Ella soltó el aire que contenía, visiblemente relajada.

–Me agradas y toda la cosa, Adrien –dijo ella–, sabes que sí, y siempre deseé que terminaras junto a Marinette, pero en verdad deseaba que Ladybug y Chat Noir fuesen pareja, no te ofendas.

–Eres una chica tonta –dijo Plagg, saliendo detrás de mí.

Alya pegó un grito al ver a mi kwami.

–¡UNA COSA FLOTANTE COMO TIKKI!

–¡OYE! –escuché la campante voz de Tikki quejarse.

–Para que sepas, niña boba, soy el kwami de Chat Noir –dijo Plagg ofendido–, y nosotros elegimos con quien queremos estar.

–¿Qué haces con el kwami de Chat Noir, Adrien? Y... Ah... Me siento estúpida –cayó en cuenta Alya, para luego pegar otro grito–. ¡OH DIOS MÍO, ESTO ES PERFECTO!

–Cálmate, Alya... –trató Marinette.

–¿Qué me calmé? ¡Mis emociones, amiga, mis emociones! No puedo con todo esto. Me dará un ataque...

Marinette se rió del drama de Alya, y luego sonó el timbre.

–Ese debe ser Nino –dijo Mi Lady.

–¡Yo voy! –dijo Alya, levantándose de golpe y dejándonos solos.

Escuché la risita de Tikki, seguramente escondiéndose con Plagg en algún lugar para darnos privacidad, o bien para espiarnos, mientras me acercaba a Marinette tomándola de la cintura, dispuesto a besar a esa hermosa chica que me traía loco; pero Marinette se echó a reír y se tapó la cara con las manos impidiendo mi beso.

–¿No quieres besarme, Bugaboo? –le sonreí.

Ella rodó los ojos.

–Me cuesta un poco asimilarlo –dijo ella–, eso de que el fantástico Adrien Agreste es Chat Noir.

–No soy fantástico.

–Si estuvieses transformado en Chat Noir dirías que eres eso y más –dijo ella con una hermosa sonrisa torcida.

–Sé que amas mis dos facetas –le dije, guiñándole el ojo.

–Ahí está Chat –dijo ella.

Solté un bufido y de manera sorpresiva la abracé con fuerza y ella se quejó en medio de una risa.

–Sabes –dijo ella–, ahora que estamos juntos, puedes decir eso cada vez que quieras.

–Mi Lady –sonreí, mientras unía nuestros labios.

Escuché los pasos de Nino y Alya subiendo, al parecer hablaban de la nueva canción de Jagged Stone.

Era un día tranquilo. El sol brillaba, pero no molestaba. Los autos sonaban fuera en la calle y el bullicio de las personas al caminar. Quizá para alguien no era un día tranquilo, pero para mí era perfecto.

Era perfecto porque tenía a quien quería a mi lado, mi hermosa Marinette, mi hermosa Ladybug... Mi Lady.

FIN.

FIN

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Cartas de Mi Lady.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora