Prólogo.

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Desearía haberlo sabido desde hace mucho tiempo. Supongo que era obvio y yo era muy ciego; supongo que estaba tan ocupado asimilando mis dos vidas separadas la una de la otra que nunca se me ocurrió compararlas.

Fue demasiada coincidencia cuando ambas me dieron las cajas con cartas, tanta coincidencia que fui tan tonto que ni siquiera lo sospeché.

Cuando Marinette me entregó aquello el último día de clases me sentí halagado e incómodo, porque no tenía una idea clara de sus sentimientos hacia mí. Cuando recibí las cartas de Ladybug me emocioné hasta que leí la última y caí en cuenta de varias cosas:

1. Marinette siempre estuvo enamorada de mí.

2. A pesar de todo, Ladybug siempre me vio como su compañero contra el crimen, siquiera como un amigo.

3. Marinette y Ladybug eran la misma persona.

4. La había perdido para siempre.

Cartas de Mi Lady.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora