Avance Del Maratón.

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Al día siguiente...

MAIA:

Abrí mis ojos lentamente y volteé a abrazar a Andy, pero había un problema, no estaba a mi lado. Me levanté sobresaltada y fui hacia la cocina.

-¿Andy?—pregunté, no estaba—¿Andy? No me asustes—Me senté a esperarlo, quince minutos, no llegaba, esta disponiéndome a salir a buscarlo pero al tomar el manubrio escuché las llaves, corrí y me tiré al mueble a fingir que estaba tranquila.

-¿Maia? ¿Qué haces despierta?— preguntó, había sudor en su frente y su pecho subía y bajaba.

-Esa es la pregunta que yo debería hacerte, ¿Por qué estás tan sudado? ¿Con quién estuviste follando? ¡Responde!—grité.

-¿¡Pero qué te pasa!?—me gritó y yo me asusté y corrí a la habitación—¡Maia ven aquí de inmediato!

-¡Cállate!—Comencé a arreglar mis cosas, a poner todo en la cama para meterlo en la maleta.

-Maia ¿Qué haces? ¿Qué te pasa?—dijo y empezó a desordenar mis cosas.

-Déjame—ordené y volví a arreglarlo todo.

-Solo me fui a correr porque no puedes escucharme.

-No quiero saber con quién solo... Espera ¿Qué?—dije confundida, creo que estoy paranoica.

-Que me fui a correr y tu desconfías como si yo fuera...

-Amor lo siento de verdad—dije acercándome a abrazarlo por la cintura.

-No Maia déjame— Se soltó de mi abrazo y mis lágrimas corrieron por mis mejillas— No amor no llores, fue una broma—dijo levantando mi cara para que lo mirara y con sus pulgares las limpió.

-Te amo Andy— lloriqueé y me besó la frente.

-Y para que veas que no estoy molesto, te tengo una sorpresa— dijo y se fue hacia la puerta—Pero cierra los ojos... Y no los abras— los cerré con impaciencia esperando algo lindo.

-¿Ya?—pregunté y sentí como alguien entraba y salía de la casa.

-Puedes abrirlos— abrí los ojos  con una sonrisa y fue desapareciendo lentamente al ver a la persona que nunca pensé que vería hoy.

-Hola Maia—dijo y se mordió el labio inferior.

~¿Diego?...

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