-*¿Qué es eso?*
-*¿Un juguete?*
-*La cría de las culpas*
-*¿Vienes a contarnos a cuántos has matado, jovencita?*
-*Ajajajajajaja*
-*Miren, miren, la cara de la bruja*
-*¡Bruja, bruja!*
-*No toques a mi hijo...*
-*¡Bruja!*
-*¿Julieta?*
-No puedo abandonarte, perdón... sería contraproducente, ¿no te parece?
-Tú... ¡estúpida!- bramó María, quien se había olvidado por completo de los fantasmas- ¡Acabas de tirar tu vida a la basura!
-Lo sé- respondí con lo que me quedaba de voz, llorando y sonriendo- Sólo quiero volver a mi casa...
-Ay, Julieta- murmuró mi amiga, sacudiendo mis hombros con la intención de despertarme
-Yo... yo puedo ser más divertida... para ustedes... dejenla y haré lo que quieran...- susurré, segura de que los fantasmas entenderían
Hubo silencio y oscuridad, luego un murmullo que se volvió gradualmente en feroces gritos que me obligaron a taparme los oídos.
-Julieta, ellos no te hablarán a menos que le...
-*Trato, pastelito de carne*- dijo una voz, retumbando en mi cabeza. Tragué saliva con lentitud y cerré los ojos, cayendo con las rodillas al suelo húmedo
-*¡NO!*- gritó la voz de la bruja en mi cabeza-*¡TENÍAMOS UN TRATO!*
-*Sí, teníamos*- y dicho esto, María salió disparada fuera de mi vista, disolviéndose entre los espectros. A partir de eso, suspire aliviada y agaché la cabeza. Mis manos estaban azules del frío que hacía y empecé a mover los dedos para calentarme cuando una luz rojiza apareció frente a mí, callando a los demonios en mi cabeza.
-*Eres valiente, agradecida y gentil, cumpliré tu deseo y jamás volveremos a saber de ti*
Levanté la cabeza de golpe y frente a mí, se encontraba la viva imagen de la visión de María que le habíamos quitado en casa de Doña Eugenia. Pelo corto y negro, piel roja, vestido largo color Damasco y dos grandes fosas negras coronando un tajo igual de oscuro sobre su intento de cara. Estaba sonriendo, sonriéndome.
Las sombras se perturbaron durante unos minutos en los que el fantasma no me miraba, pero luego nos abrieron un camino, el que la fantasma guió. Los demás nos seguían de cerca, sin embargo, la "amiga" de María prometió que no me harían daño mientras ella estuviera presente. Pasadas dos horas más o menos, los espíritus desaparecieron. La hora maldita se había acabado hacía rato y los pocos que quedaban detrás de nosotras, se habían aburrido.
Intenté explicarle a la fantasma lo que quería, pero no me dejó hablar. Dijo que ya había dicho lo único que quería y que ella había prometido cumplirlo por el sacrificio que había hecho por María. Me sonrojé al darme cuenta de que esa estupidez me había llevado a la fantasma.
-*La manera de cumplirse la visión de Claudio*-pensé
Caminamos por horas y horas hasta que aclaró, luego de lo cual, la fantasma tomó mi mano y me guío como a un niño hasta una parte iluminada. Pensé que era un claro abierto del bosque, o la salida del mismo, considerando lo poco que me quería ver la fantasma, pero jamás imaginarán la sorpresa que fue abrirnos paso hasta las afueras del pueblo donde había vivido María, según lo que dijo la fantasma cuando pregunté sobre dónde estábamos.
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Detrás de esa Puerta
FantasyEn 2015, mientras miraba historias de otros autores fracasados como yo, encontré un cuento mal redactado de una niña de 16 años que decía haber desaparecido un año entero durante el cual sufrió las experiencias más increíbles, sobrecogedoras y trau...