2. Primer día de clases.

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Ambas caminaron lentamente de vuelta al dormitorio, pateando piedritas en el camino. Se habían ido de la cafetería antes que las otras muchachas, y lo mismo habían hecho Trent y Ben. Valentina no lo había entendido, pero sólo siguió a su compañera. Entraron al dormitorio y cerraron la puerta tras ellas. Alissa se sentó en su cama y Valentina copió su acción.

-Debes prometerme que nunca le dirás a nadie nada de lo que hablemos o hagamos.-su voz era cansina y carecía de expresión. -Esto te lo digo no porque piense que lo vayas a hacer, sino para que el idiota de Trent esté tranquilo.

-No te preocupes. No diré nada-le respondió Valentina. Para ella, ser un "sapo" o un soplón no era algo que le llamaba la atención. Además, ya comenzaba a notar qué clase de personas eran aquel grupo con el que había comenzado a conectar de buena manera. No eran de los que seguían las reglas y a decir verdad, ella tampoco lo era.

-Bien, porque ahora mismo vienen para acá.

Ni bien terminaron de decirlo cuando escucharon unos golpecitos en la ventana. La morena rodó los ojos y caminó hacia la ventana que daba al bosque. La abrió y segundos después unas manos se posaron en ella. Ben cayó de bruces en el centro de la habitación. Gimió de dolor y dejó salir de su boca un montón de palabras vulgares antes de incorporarse. Se dio vuelta y ayudó a Trent a subir.

El dormitorio estaba construido por encima del nivel del suelo dificultando su ingreso, pero eso no era impedimento para los chicos. Con confianza, se dejaron caer en la cama de Valentina haciéndola rebotar un poco.

-¿Y entonces, Valen?-habló Trent, un poco risueño. -¿Eres de los nuestros?

Ella no respondió. Sólo sonrió y eso fue más elocuente. No podía ni siquiera hablar con fluidez el idioma de ellos y ya estaba siendo parte de su "squad".

***

Valentina entró al salón de clases y su mirada se posó en los cuatro estudiantes que estaban allí. Dos japoneses, un joven rubio y otra chica de cabello oscuro. Era una clase especial para alumnos que aún no manejaban por completo el idioma inglés. Era llamada ESL (english second lenguage) y esa era la razón de la diversidad cultural.

Se sentó y esperó a que la profesora tomará la palabra. Ésta decía llamarse Tanya Wilson y le pidió a cada uno de los chicos que se presentaran.

-Mi nombre es Sujin, y soy de Japón.-se presentó la primera chica haciendo una leve inclinación de cabeza y se volvió a sentar.

-Dmitry, soy de Rusia.

-Soy Kai, Japón.

-María, vengo de Venezuela.

Mrs. Wilson le hizo una seña para que ella también se presentará. Torciéndose las manos y examinando a sus compañeros, dijo su nombre y su país de procedencia. Ellos la miraron por un momento hasta que la profesora comenzó a hablar acerca de verbos y sus diferentes conjugaciones.

La clase terminó y todos salieron rápidamente del salón. Valentina los siguió un poco confundida y ya en el pasillo no supo hacia dónde dirigirse. Cada estudiante caminaba en diferentes direcciones sin sentido para ella, y lo peor era que no sabía en qué clase estaba. Un poco abrumada por la situación, dejó su folder en uno de los lockers vacíos y se dirigió al baño que había visto al entrar a la clase de gramática, pues con tanta presión había olvidado hacerlo antes de ir.

No demoró mucho, sin embargo, cuando salió no vio ni un alma en el pasillo. Torció la boca antes de tomar sus cosas de vuelta y decidir tocar en uno de los salones. Un joven riendo abrió la puerta y la miró de arriba a abajo.

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