26. Calabazas y fantasmas

38 6 0
                                    

Una concentrada Valentina masticaba chicle mientras organizaba los víveres en los estantes correspondientes. Escuchaba música a todo volumen, con los audífonos escondidos discretamente por sus rizos y tenía su ceño fruncido. Dejó caer una bolsa de arroz ruidosamente en un rincón, y luego la pateó hacia un lado para acomodarla contra la pared.

Una delgada capa de sudor comenzaba a formarse en su frente pero ella no cejó en su trabajo hasta que terminó de organizar el contenido de las tres cajas que faltaban en los estantes antes de dejarse caer en una silla a un costado.

Sus hombros dolían por el hecho de haber levantado un montón de bolsas; no obstante, su turno no terminaba sino hasta 40 minutos después. Suspiró y se dejó caer perezosamente en una silla que había al costado.

Era 31 de octubre y esa noche había una fiesta de Halloween en casa de Mrs. Wilson, la profesora de ESL. Alissa había ido a Brampton debido a una visita sorpresa de su hermana mayor, y le había conseguido a petición suya el disfraz de la muerte. Habían quedado de reunirse a las 4 PM con el fin de lucir impecables en la noche. No sabía exactamente por qué lo hacía. Esta vez no había sido invitada por ninguno de los muchachos.

No había hablado con Krishna desde hacía dos días, cuando lo había encontrado yendo a Brampton sin razón alguna. No venía nada a su cabeza acerca de lo que él podía haber estado haciendo y eso la frustraba más todavía.

Escuchó que alguien trataba de abrir la puerta, así que se paró de un salto y fingió que acomodaba unos tarros de mermelada. Se giró y vio que era Krishna trayendo más paquetes sobre una carreta. Su cabello estaba sobre su rostro y sus mejillas estaban encendidas por el esfuerzo.

Valentina olvidó por un momento lo que estaba pensando segundos atrás y se imaginó acomodando su cabello hacia un lado de su cara. Su corazón latió fuerte a causa de eso. Había olvidado por completo aquello que la estaba molestando segundos atrás y sólo caminó en su dirección sin pensarlo mucho.

Él fingió no verla y comenzó a bajar los paquetes. Se sentía raro estar alrededor de ella y más aún después de besar a Camila. No era tan cínico como para actuar normal frente a la rizada, ni tampoco era tan valiente como para decirle lo que había hecho.

-Hey!-saludó ella con una sonrisa, a la vez que bajaba algunas latas de atún y las ponía a un costado.

Krishna no respondió sino que sólo asintió con la cabeza. Quería pensar que aquella salida con Camila no le había causado nada, pero esa noche, al llegar a su habitación, había sacado su laptop y había revisado cada una de las fotos de la carpeta 1. Su corazón le recordó lo que sentía por esa chica, y sentimientos que creía extintos hacían un esfuerzo por reaparecer.

-¿Está todo bien?-Valentina insistió poniendo una mano sobre su pecho para detener lo que él estaba haciendo. Él se hizo para atrás evitando su toque, casi como cuando evitaba acercarse a ella en los primeros días. Ella lo desestabilizaba por completo y no podía pensar con claridad cuando estaban juntos por lo que no confiaba en sí mismo para actuar con sensatez. Primero necesitaba poner en orden su cabeza antes que dejarse llevar por el momento.

Valentina agachó la mirada ante su evidente rechazo y se alejó de su lado. Se sentía dolida por la indiferencia con la que Kris la estaba tratando, mucho más de lo que debería. Con un cansancio repentino, salió por la puerta trasera sin despedirse, y registró su salida.

Luke se acercó a la caseta y se sentó sobre una mesa mientras Krishna golpeaba el saco repetidamente. Por lo menos ésta vez traía vendas alrededor de sus nudillos para no lastimarse, como solía hacer cada vez que se salía de sus cabales.

-Are you okay, bro?-preguntó el rubio, jugueteando con una pequeña rama entre sus dedos.

Krishna respondió con más golpes al saco. Su cabello era sostenido hacia atrás por una bandana y su camisa blanca estaba empapada por el sudor.

Ver más alláDonde viven las historias. Descúbrelo ahora