Capítulo 23Estaba a punto de contestarme, la vi sonreír, recordaba perfectamente donde quería que fuéramos, y por supuesto que iba a hacer. Pero, el timbre sonó en el momento más inoportuno. Me levanté soplando y maldiciendo a quien estuviera tocando tantas veces la puerta. Abrí sin mirar y...
-¿Qué... qué haces aquí?
-Vengo a buscar mis cosas.
Me apartó de un empujón, y antes de seguir su camino volvió a girarse hacia mí, me di la vuelta y cerré la puerta. Noté como me observaba y caí en la cuenta que iba con apenas una camiseta larga.
-Mis ojos están más arriba... (Le dije mientras le miraba) Espérate aquí, ahora te traigo la maleta.
Le dejé sonriendo en el salón, y me dirigí a mi habitación, encontré a Malú mirando el interior de la caja, sonreí.
-¿Quién era? (Preguntó)
-Es... (No la miré) es Alex...
Noté como clavaba su mirada hacia mí, y con miedo levanté la cabeza y la miré.
-¿Quieres que me vaya?
-¡No! Claro que no... él solo...
-Vaya... Veo que he venido en el mejor momento...
Y de repente un nudo en la garganta hizo que parara de respirar, pero reaccioné al mirar a Malú cabreada, no quería que ella se involucrase, ya le había hecho demasiado daño. Cogí aire, y me permití el lujo de mirarla y sonreírle, negué con la cabeza para que no le diese importancia. Noté como se relajaba y volvía a mirar la caja, sin hacerle caso a Alex, que estaba detrás de mí, apoyado en la puerta del dormitorio. Me agaché y saqué la maleta que había preparado de debajo de la cama, me acerqué a él y se la di.
-Aquí tienes tu ropa, y en el despacho tiene una caja. Cógelo todo y lárgate.
No le di tiempo a rechistar, pase por su lado y le acompañé a buscar sus últimas cosas, y seguidamente a la puerta. Y antes de que se fuera habló
-No puedes estar con ella.
-¿Quién me lo impide Alex?
-Yo.
-(Me reí) Nadie, entonces.
-Te estás equivocando... Soy el padre de tu hijo... Soy...
-¡Mira! Ahora le sale el padre que lleva dentro... (Dije sarcástica) No te preocupes por eso. Lo pedí el día que me cogiste por el cuello en aquella discoteca. (Noté como se le cambiaba la cara, tragué saliva para intentar que el nudo que aún seguía en mi garganta se esfumara, pero nada) Y ahora, vete.
-Vanesa...
-No. No te necesito. Se acabó. No quiero más gritos, ni más equivocaciones, ni más mentiras. (Sonreí) No quiero esconderme más.
-¿Me lo dices de verdad? (Dijo en una carcajada) ¿Con ella?
-(Sonreí) Con ella es con la única que voy hacerlo. (Se puso serio, y me miró a los ojos mientras yo le aguantaba esa mirada de rabia) Me hace feliz, ¿recuerdas que es eso? Me siento más libre que nunca. Y es ella. Malú.
Como me había costado llegar a ese punto de decir su nombre y reconocer que la que me hacía feliz era ella. Nunca había dicho su nombre tan claro, y ya iba siendo hora de que el mundo se enterara de todo lo que estaba ocurriendo. Me sentí más viva que nunca, y aún más cuando Alex se fue, dando un portazo, y me giré y me encontré con Malú apoyada en la pared del pequeño pasillo emocionada.
-Lo has dicho... (Susurró)
Sonreí y me acerqué a ella. Le rodee su cintura con mis brazos y apoyé mi frente en la suya.
-He tardado demasiado.
-No... Simplemente no era nuestro momento.
Quizás tenía razón, igual era el momento de estar con Alex para darme cuenta de que no es lo que quiero. Igual que no era el momento de estar embarazada de él, y si adoptar a la pequeña Charlotte.
Abrí los ojos, aun con nuestras frentes unidas, cuando recordé su nombre, Charlotte. Esa niña de mirada intensa que me tenía robado el corazón desde mi viaje a Argentina. Me separé de Malú y me dirigí rápida a la habitación, cogí la foto que estaba encima de la cama, sonreí al ver su rostro, y al recordar como reía la pequeña cuando se creía que la música de la guitarra era magia, '¡Mira, una chica maga!' comentó gritando entre todos los niños del comedor. Ella era maga, ella era magia.
-¿Cuándo nos vamos?
Me giré emocionada aun con la foto en las manos al oír a Malú.
-¿Vienes? (Pregunté)
-No quiero perderme el viaje más importante de tu vida... (Sonreí y se acercó a la cama, se sentó a mi lado, cogió la foto y la miró sonriente) Tengo ganas de conocerla.
-Te encantará... Os parecéis.
-¿Si? (Asentí)
-Sois muy niñas las dos.
Reí mientras Malú se lanzó encima de mí y atacó mi barriga con sus manos para provocar cosquillas en ella, le pedí que parara pero no conseguí nada. Cogí fuerzas y me di la vuelta, me puse encima de ella y cogí sus manos por encima de su cabeza. Le miré los ojos, le brillaban como nunca, solté una de sus manos y acaricié su mejilla.
-Sois mágicas las dos... (Sonreí) Sois, sois mis chicas favoritas. Sois... sois las que me desarmáis por los pies. Aunque de sobras sabes que tú eres la primera. (Sonrió).
-Y yo que a Sabina le baile más de una letra... (Tarareó)
Dejó de sonreír, y la mano que tenía libre la dejó caer en cuello e hizo que nuestros labios se rozaron.
-Hoy voy a dejar que me cuides el alma en tus brazos.
Sonreí después de escuchar aquello, y seguidamente la besé para volver a llenar esa habitación de pasión, de nosotras.
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¿Nos vamos de viaje?
¡Gracias por leerme!
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En la cola del viento
FanfictionEn la cola del viento... Historia ficticia de Vanesa Martín y Malú. Con total respeto y admiración hacia ellas. Disfrútenla.