Capítulo 33
El café cayó al suelo, el silencio inundó la sala, Malú cogía fuerte mi mano, y yo me quedé mirando a Inma, tenía una herida en el labio, bajé mi vista y vi como su pantalón estaba desgarrado de una pierna. Volví a mirarla a los ojos. Reaccioné. Miré a un lado, me moví y fui detrás de ella, luego a la calle, nada. Volví dentro, y me enfrente.
-¿Dónde está Charlotte?
-Yo... yo...
-¡Inma habla!
Le chillé, no podía más. Y ella dejó de mirarme los ojos y bajó su cabeza hacia los pies. Ana y Alba se acercaron.
-Inma... por favor.
Le pidió Ana, mientras Alba levantaba cuidadosamente su cara. Y la miró. Inma lloraba, y yo seguía sin entender nada.
-Lo siento... No quería que todo esto pasara, yo... no quería...
-Vamos...
Ana cogió a Inma y la sentó, apenas podía caminar. Mientras ella se colocaba en el sofá, mi familia la rodeó, mientras que yo y Malú detrás de mí nos mantuvimos quietas en la puerta. No podía moverme, no podía estar pasando aquello, no podía ser real.
-Voy a ir a por un vaso de agua.
Mi hermano se fue a la cocina, estaba cabreado, y prefirió ir a buscar un poco de agua para Inma y no gritarle en su cara como había yo hacía unos minutos.
-Cálmate y explícanos.
Ana se sentó a su lado después de pedirle que se calmase, estaba muy alterada, le temblaba todo el cuerpo. Francis llegó con el vaso y se lo dio. Tomó un sorbo y lo dejó en sus manos.
-Yo... (Me miró) Confié en él... y...
Me separé de Malú, y me dirigí decidida a Inma, me puse a sus pies, Alba puso su mano en mi hombro para que me calmara.
-¿De qué hablas? ¿Quién es él? ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está Charlotte?
-Vanesa, cariño... respira...
-No Alba, no puedo, hasta que no hable y nos cuente que está pasando no puedo estar tranquila, no me pidas eso.
Y la primera lágrima llegó, bajó lentamente por mi mejilla y Alba la limpió. Estaba llegando al límite.
Narra Inma
No podía ver a Vanesa así, a mi amiga. Se merecía la verdad, la había fallado demasiado, la había hecho daño, tanto, que no se lo podía ocultar más. Y después de esto, dudo que me perdone algún día.
-Alex.
Sonó su nombre y Vanesa se levantó corriendo, cogió el teléfono y alterada marcó su número.
-No... No te lo cogerá...
-Inma, ¡no me jodas!
Gritó, y me lo merecía. Me merecía que todos me chillaran, me maldijeran. Lo merecía.
-Llama a la policía, o será demasiado tarde...
Todo el mundo se movió, los hermanos de Vanesa cogieron sus teléfonos, su padre vino hacia a mí y me miró con asco. Y yo bajé la vista, no podía verles, no podía.
-Quiere llevársela otra vez a Argentina... (Susurré)
-¿A Argentina? 8Me preguntó Alba)
-Si... Allí venderá historias sobre Vanesa, su vida, sus amores...
-Estás mintiendo...
Noté que Vanesa se acercaba, subí mi cabeza, qué poco le conocía, que poco sabía de Alex.
-Vanesa, él es así.
-¡No!
-Sí... él te mintió todo el tiempo. (Hice una pausa, respiré, cerré los ojos y volví a hablar) Nos mintió...
Flashback
Hacia unos minutos que mi jornada había terminado, cientos de mensajes sin leer en mi móvil, me puse música y me fui andando por la ciudad. Crucé el barrio de La Latina y ya había ambiente, me dirigí al teatro para ver las nuevas novedades para poder venir un dia de estos, y ahí entre la multitud oí una voz.
-¡Inma!
Me giré y sonreí.
-¡Hola Alba!
Me invitó a quedarme con sus amigos, y a tomarme unas cañas. La noche se alargó y también nos quedamos a cenar.
-Oye Alba... Siento mucho lo del otro día en casa de Vane, yo...
-No tienes que sentir nada, además Vanesa ha dado un paso muy importante hoy.
-¿Si? ¿Qué me he perdido?
-Pues ahora mismo estará llegando a Málaga.
-¿Se ha ido a ver a sus padres?
-Más o menos... (Sonrió) Se han ido a buscar a Malú.
Sonreí, me alegré muchísimo de eso. Se merecían ser felices. Y yo... yo también lo merecía. Quizás si ellas estaban juntas, yo, por fin, podría estar con la persona que amaba.
La noche iba pasando, el ambiente era genial, y los amigos de Alba estaban locos. Pero, llegó un mensaje a mi móvil, y tuve que irme. Me despedí de todos y cogí un taxi a mi casa. Al llegar ordené rápido el salón, y a los minutos mi visita estaba en la puerta. Fui corriendo a abrir y ahí estaba él. Puse mis brazos en su cuello y le besé. Me entró dentro de casa mientras sus manos se ponían mi cintura, y con su pie cerró la puerta.
-¡Que ganas tenia de verte! (Le dije al separarnos)
-Yo también, pero... (Se alejó de mí y se dirigió a la mirilla de la puerta) Sabes que nos puede ver... No...
-¡Ey! Tranquilo... (Me acerqué a él lentamente) No está.
Le sonreí y volví a poner mis brazos en su cuello, pero me miraba serio, distante.
-¿Estás bien?
-¿Sabes donde están?
Me separé, y le miré sin entender por qué le importaba.
-¿Qué más da?
-Me da... Cuéntamelo.
Cogió mi brazo con fuerza, y no lo reconocí.
-Alex... me haces daño...
Me soltó a desgana, y empezó a andar por toda la sala.
-Necesito saber donde están.
-Pero... Alex, estarán bien, no te preocupes.
-A mí eso me da igual (sonrió). ¿De verdad crees que me importa como estén?
-Yo... yo creía...
-Tú crees demasiadas cosas, pequeña.
Cogí aire, estaba a punto de romper a llorar, quería echarlo de casa, no verle más, pero no podía, estaba ciega.
-Entonces, ¿todo esto ha sido por ella? (Sonrió) Cuando te quería, cuando te defendía ante ella, cuando no la creí el día que nos contó que tu...
Volvió a coger mi brazo, aun más fuerte que antes, la primera lagrima cayó en ese mismo instante, las demás llegaron cuando su mano golpeó mi cara, haciéndome caer en el sofá, y dejando ahí una pequeña mancha de sangre por el corte que acababa de formarse en mi labio.
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En la cola del viento
FanficEn la cola del viento... Historia ficticia de Vanesa Martín y Malú. Con total respeto y admiración hacia ellas. Disfrútenla.