Capítulo 26
-Vamos pequeña, despierta...
Me senté en el sofá, le puse mi mano en la espalda, llevaba dormida desde que llegamos de comer.
-Charlotte... Que tenemos muchas cosas que hacer hoy.
Sonreí cuando vi que se movía desperezándose lentamente. Quería llevármela a comprar unas deportivas nuevas, y algo de ropa. Y así también me despejaba y salia de esas cuatro paredes que me estaban comiendo. Intenté no pensar en la carta que había encontrado, la guardé en la maleta, e intenté descansar junto con Charlotte, pero no podía parar de darle vueltas. Solo tenía clara una cosa, Malú debía saberlo. Mande a la pequeña a lavarse la cara y aproveché para enviarle un mensaje a mi chica. 'Cena para tres, ¿te vienes al apartamento a las ocho y media?'. Se lo envié y guardé el móvil en el bolso, sabia que no iba a contestarme al instante, tenía alguna entrevista programada para hoy, así que ya lo haría más tarde. Salimos por las calles, y encontramos unas zapatillas para la pequeña, eran blancas con detalles rosas, le encantaron nada más entrar en la tienda. Decidimos ir a merendar y seguir con las compras. Ya eran casi las ocho cuando llegamos al piso, dejamos las bolsas con toda la ropa que habíamos comprado en el salón, y fui directa a la ducha para darle un baño a Charlotte, cuando la tuve lista, miré el móvil. 'Ahí estaré, traigo la cena, no te preocupes ;)'. Sonreí al leer el mensaje, y agradecí que trajera la cena, una cosa menos en la que pensar. No quise entrar en la ducha y dejar a la pequeña sola, así que nos sentamos en el sofá, y le estuve enseñando fotos de Pongo y Carmela, mis perros, y toda mi familia y amigos. Cuando llegamos al final del álbum me cogió el móvil.
-¡Ey! ¿Qué quieres ver?
No me contestó, estaba sonriendo mirando la última foto, éramos Malú y yo en casa. No estábamos mirando la cámara, sino sonriéndonos. Me encantaba esa foto.
-¿Sabes quién es? (Asintió)
-Malú... tú amiga...
-Eso es.
La miré y seguía sonriendo, ¿que estará pensando? Me encantaría saberlo. Me encantaría preguntarle si le cayó bien. Saber si a ella también le gusta tenerla cerca. Estoy segura que Malú ya está enamorada de Charlotte.
-Me gusta.
Dijo de repente. Sonreí y respiré. Pero, las dudas volvieron a mí. ¿Qué pensaría Malú de la carta? ¿Y si alguien se fuera de la lengua? Ahí estaba mi miedo. Si alguien dijese algo de nosotras y al colegio de Charlotte no les gustase. ¿Y si por nuestra relación la adopción corriera peligro? Este país sigue siendo muy cerrado en estos temas, y al director no le hizo mucha gracia que Malú estuviera por ahí. ¿Y si aún no estoy preparada para ser valiente y libre? Charlotte seguía sonriendo mirando la imagen, y el timbre de la puerta sonó haciendo que todas mis preguntas se pusieran en pause.
Me levanté, miré a Charlotte y le guiñé un ojo, fui a la puerta y al abrirla ahí estaba ella, sonriéndole a la vida. Paso al piso como pudo, ya que iba cargada con varias bolsas, que dejó en la entrada, visualizó a la pequeña en el sofá. Y ambas se sonrieron. Charlotte se levantó, dejó el móvil a un lado y vino corriendo mientras Malú la esperaba de rodillas con los brazos abiertos. ¿Cómo en tan poco tiempo han congeniado tan bien? Se entienden. Y eso me gusta, me encanta. Y me da mucho miedo, también.
-¿Que hay ahí? (Dijo Charlotte señalando las bolsas)
-Muchas cosas. (Se levantó y cogió una) ¿Me ayudas a cocinar?
-¡¡Siii!!
Charlotte cogió una pequeña bolsa y se dirigió a la cocina, mientras Malú reía, me la quedé mirando y se giró. Se acercó a mí, y me rodeó la cintura.
-Le has caído súper bien... (Dije mientras unía mis brazos con su cuello)
-Tenías razón, es mágica.
Giró su cabeza hacia la cocina, la pequeña estaba sacando las cosas de las bolsas y las iba dejando en el mostrador, Malú se volvió hacia mí y me sonrió, se acercó y me besó. Fue tímido, rápido e inocente. Nos separamos, y nos sonreímos.
-Dúchate, ponte guapa, bueno... más guapa... (Me sonrojé), nosotras nos encargamos de todo lo demás.
Le hice caso, y me fui al baño. Encendí la ducha, esperé a que estuviera la temperatura correcta y me metí. Necesitaba aclarar mis ideas y quizás eso me ayudaría. Relajarme y dejarme llevar. Pero, salí con la misma sensación de duda que cuando entré. Me vestí cómoda, tejanos oscuros, blusa azul marino y unos botines. Me sequé el pelo y me hice una coleta. Me maquillé para tapar la mala cara que tenía. Salí y la mesa estaba lista, olía realmente bien, y se oían las risas desde la habitación. Me acerqué a la cocina y apoyé mi cuerpo en el marco de la puerta, y observé. Sonreí al ver como Malú le explicaba como hacer unas galletas, se habían manchado de harina, pero les daba igual.
-Ahora el chocolate, y entonces...
-¡Al horno!
-¡Eso es pequeñaja!
Malú cogió la bandeja y la puso para que se cocinara, cuando cerró la puerta del horno chocaron sus manos, y yo empecé a aplaudir. Se giraron sobresaltadas y me reí. Vi como Charlotte se acercaba y me puse seria.
-¿Qué hay de cena chef Charlotte?
-(Se rio) Malú ha hecho tortilla... (Se giró para que Malú le ayudará a terminar, le susurró y ella terminó) de patatas.
Miré a mi chica y me reí, igual que ella. Esperamos diez minutos a que las galletas estuvieran listas, pusimos la bebida en la mesa, pan tostado con aceite y la tortilla. El postre lo dejamos enfriar en la cocina. La cena se me hizo corta, la tortilla se terminó y la risa de Charlotte era la banda sonora perfecta. Terminamos en el sofá viendo una película y comiendo galletas.
-Mira, (me giré hacia Malú) se ha quedado dormida... (Miré a la pequeña y sonreí)
-Voy a llevarla a la cama.
La cogí con cuidado en brazos, y la dejé encima de la cama. Le quité los zapatos nuevos, y le puse una manta para taparla. Volví al salón, y me senté al lado de Malú. Había llegado el momento.
ESTÁS LEYENDO
En la cola del viento
Fiksi PenggemarEn la cola del viento... Historia ficticia de Vanesa Martín y Malú. Con total respeto y admiración hacia ellas. Disfrútenla.