Capítulo 30

347 8 3
                                    

"¿Cuantas veces ofrecemos nuestro amor a quien no nos corresponde? ¿Cuantas más habremos de toparnos con una pared de indiferencia y desprecio? Para seguir en la búsqueda vale la pena; porque conservar la capacidad de amar, a pesar de los contratiempos, es lo que nos mantendrá vivos."

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Mia Colucci:

Aún seguía aquí, en el mismo lugar, con Miguel dormido sobre mi falda como un ángel. No podía dejar de mirarlo en aquella posición tan relajada. Miré sus labios, tuve la tentación de besarlo. Poco a poco acerqué mi rostro al suyo. Estábamos demasiado cerca. Sentí su respiración, su calor. Mis labios rozaron levemente con los suyos, eran cálidos.

¿Qué estoy haciendo?

Me alejé de él rápidamente y me quedé paralizada analizando bien lo que estuve a punto de hacer.

Ay, Dios mío. ¿Qué te pasa Mia?

Lo miré, entonces me di cuenta de que estaba comenzando a sentir cosas por él. Me puse de pié y salí de allí corriendo. Huí de aquel lugar.

— Orale —lo escuché decir lo que me dejó saber que mi movimiento brusco lo había despertado.

Esto no me puede estar pasando.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Diego Bustamante:

— Bueno, pues ya los presenté. Espero que se hagan muy buenos amigos —sonrió Pilar.

Ella había traído a un chavo nuevo a nuestra habitación y él depositó su equipaje sobre la cama de Tomás. Giovanni lo observaba desde arriba, sentado en el escritorio que está en la segunda planta, Tomás estaba sentado en las escaleras y yo parado junto a mi cama.

— No pero... —miré a Giovanni— debe de haber una equivocación —miré al chavo nuevo—. Este no es tu cuarto, este está completo —le dije.

— ¿Sabes qué? —habló Giovanni poniéndose de pié— La neta es que yo no sé cómo le vaya a hacer porque la neta aquí no queda lugar. Digo, a menos que lo manden al cuarto donde están los empleados o algo así.

Se dispuso a bajar las escaleras.

— Claro —asentí—. Los chiquitos. Si, por supuesto.

— Yo no voy a estar recorriendo todo el colegio, ¿está bien? —nos dijo— Y mucho menos voy a ir a dormir en cuarto chiquito. Aquí me quedo.

Este chavo ya me cayó muy mal.

— Mira, a mi no me importa si te duermes en el baño, ¿okay? Aquí no hay lugar.

— Okay —habló Pilar—. ¿Por qué no le voy a preguntar a mi papá? Seguro hay una equivocación —sonrió y miró a Giovanni quien se acercó a ella.

Ella iba a salir pero se detuvo girando sobre sus talones al ver al prefecto Esteban entrar al cuarto.

— ¿Y usted qué hace aquí, señorita? —preguntó muy serio.

Ella cruzó sus brazos abrazándose a si misma y caminó hasta las escaleras deteniéndose junto a estas.

— Yo creo que siempre tiene permisos especiales —dijo Tomás—. Igual y su papi la dejó.

Ella sólo nos miraba a todos con una sonrisa.

— Claro —dije—. Su papito la mandó con el nuevo —Esteban miró al nuevo—. ¿Por qué no les ayudas? Se ven que andan perdidos los dos.

Rebelde [1° Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora