Capítulo 50

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"El hecho de ser huérfana me ha enseñado que el verdadero cariño no siempre proviene de los parientes cercanos. Si no de los amigos que parecían más lejanos. Entonces, uno no puede escoger a los parientes, pero puede escoger a los amigos."

- Jose Luján Landeros


— ¡Está usted loca! —se le acercó a ella con su ceño fruncido.

Alma sostuvo el arreglo floral, mirando al señor Colucci a través de las plantas que poco la dejaban ver.

— Loca estaba anoche cuando intenté salir con una persona como usted. ¡Mentiroso! —lo acusó.

Todos miraban y los fotógrafos no perdieron tiempo en tomar fotos de lo que sucedía. Probablemente, pronto saldrían en todas las revistas y diarios.

— ¿De qué me está hablando? —le preguntó confundido, o seguramente solo se hacía el desentendido.

— Primero viene a llorarme de los problemitas de su hija, ¡y después va a al colegio a quejarse de mí! ¿Verdad? —gritó sin importarle el espectáculo que había formado.

Él titubeó.

— Cálmese —le pidió al verla muy alterada—. Tranquilícese.

— ¡Ni me calmo ni nada! —gritó y le lanzó el arreglo florar furiosa— ¡Es usted un descarado!

El señor Colucci logró esquivar el enorme arreglo florar, el cual probablemente si lo hubiera alcanzado lo habría envíado al hospital.

Él la miró y miró el arreglo floral hecho trizas en el suelo sobre la alfombra roja.

— Pero... —se acercó confundido.

Él esperaría cualquier cosa de ella, pero jamás algo así.

— ¿Pero qué? —gritó histérica.

Él la tomó de los brazos.

— Calmese —le pidió de nuevo.

— ¡No me calmo! ¡Suélteme! —espetó.

Él no la soltó, sin importarle sus gritos y sus berrinches. Sólo quería que se calmara y parara de gritar y de llamar la atención de todos.

Ambos cayeron al suelo ante los intentos de Alma por soltarse de el agarre de Franco. Ella soltó un gritito al él caer sobre ella, golpeándolo seguidas veces y él la tomó de las muñecas para detenerla.

- ¡Usted me tomó como si yo fuera una estúpida! -quitó el cabello de su rostro- ¡Como si yo fuera una mensa!

- No, no, no -dijo él queriendo reír. Ella lo empujó quitándolo de encima y se subió sobre él-. Perdóname, pero yo...

- ¡A mí...! -sostuvo los brazos de Franco sobre el suelo.

- Yo no la tomé a usted por ninguna mensa, ninguna estúpida -le aseguró  él.

- A mí nadie me va a ver la cara de estúpida -lo miró fijamente y quitó el mechón de cabello que cubría su vista y lo echó hacia atrás-. ¡Nunca!

Él la miró con sus ojos enormemente abiertos, sin saber qué hacer.

- Yo no le veo la cara de idiota -le examinó el rostro.

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⏰ Última actualización: Jan 20, 2019 ⏰

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Rebelde [1° Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora