Rebelde [1° Temporada]

Capítulo 2

"Hoy se que no importa los años que tengamos, siempre podremos elegir. Desde el momento que escupimos la primera papilla estamos haciendo una elección; está en cada uno de nosotros la responsabilidad de elegir su propia vida, su propio camino. El punto es: ¿al crecer tendremos el valor suficiente para hacerlo?"

— Diego Bustamante

— Todavía no entiendo como se pudo haber escapado —dijo el director quien se encontraba en su oficina con los padres de Diego quienes están furiosos.

— Lo mismo me pregunto yo —le dijo Bustamante fulminándolo con la mirada— ¡¿Que clase de seguridad tienen en este colegio?! —espetó molesto y el director tragó saliva.

— Ya sé, señor —asintió el director soltando un suspiro—. Estamos haciendo lo imposible para encontrarlo. Se lo aseguro.

— Si la gente se entera que no puedo manejar a mi hijo, ¿cómo van a votar por mí para manejar un país?

Pascual tragó saliva de nuevo y Mabel sólo observaba sentada con un cigarro entre sus dedos sin decir una palabra.

— Los vamos a encontrar, señor. Estamos llamando a las casas de los alumnos, los que salieron del colegio, y en alguna tiene que estar —le dijo muy nervioso.

— Busque por cielo y tierra. ¿Sabe qué? Con mucha discreción —se acerca a él amenazante—. ¿Está claro?

El director se quedó paralizado sin articular palabra alguna.

(...)

— Te lo juro, Vico. No sabes, nunca vi a alguien así.

Hablaba Mía por su celular con su otra mejor amiga, Victoria, sentada en su tocador arreglando su cabello el cual Roberta le había dejado todo destrozado con su bebida energizante.

— Digo, obviamente no se puede quedar en el cole, porque acá no admiten nacas como esas —se miró en el espejo.

— Oye, ¿y ella también es becada? —le preguntó Vico quien estaba en su casa por las vacaciones.

— No —se paró y se dispuso a bajar las escaleras—. No, Vico, no es así. Tú eres becada y me caes súper bien. Lo que pasa es que esa tipa, no sé, esa tipa es diferente. ¡Chorrea grasa, te lo juro! Pero bueno, ya no hablemos de ella porque me da asco —se acercó a su cama—. Mejor cuéntame de ti, ¿cómo está todo en tu casa?

— Ay, pues como siempre un relajo —le dijo desanimada—. Oye, ¿y cuándo te vas a las islas Viji? —desvió el tema.

— No, es que no voy —se tumbó en su cama—. Tuve una discusión con mi ex-papá y ya se canceló el viaje. Y ni modo, voy a tenerme que quedar todas las vacaciones aquí —suspiró desanimada.

Quedarse en el colegio en las vacaciones nunca fué algo de buen gusto para Mía, mucho menos ir al Vacance Club. Eso jamás estuvo en sus planes.

Ella sabía perfectamente que ese era su castigo por haber hecho aquel vergonzoso espectáculo en plena graduación, pero aún así no se arrepentía de ello.

— No importa, de verdad —fingió no darle importancia para que su amiga no de preocupara por ella.

¿Pero a quién quería engañar? A ella le importaba mucho más de lo que demostraba. Aquellas eran las únicas vacaciones que iba a pasar con su padre, solos ella y él, sin negocios de trabajo.