Capítulo 49

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"Dicen que uno nunca termina de conocer a la gente, y que hasta la persona más cercana a nosotros nos puede dar una sorpresa. Solo el amor verdadero nos permitirá tender lazos fuertes con nuestros semejantes, para poder soportar las tormentas de la vida."

Roberta Pardo

— Al tipo le dicen 'El Rata' y trabaja para la escolta de su papá—le dijo Tomás.

El profesor Madariaga cubrió su boca con su mano izquierda y mantuvo su mirada en un punto fijo.

Tomás llevó una mano al bolsillo de su pantalón y sacó un trozo de papel rosa chillón donde había anotado el número de teléfono.

— Es más, este es su teléfono —le entregó el papel al profesor—. La neta sí se ve súper peligroso. Y pues... Eso es todo lo que sé —dijo nervioso—. Y por favor, no le digas a Diego porque si es que tú le dices a Diego me va a parar de hablar y ahora nos estamos llevando bien —le pidió y se le acercó.

El profesor colocó su mano sobre el hombro de Tomás tratando de tranquilizarlo.

— Tomás, tranquilo —le dijo y Tomás caminó hasta el sofá con una mano en su frente—. ¿Porqué se habían peleado antes, entonces? —fue detrás— ¿Por lo del secuestro? —le preguntó.

Tomás se sentó sobre el respaldar del sofá.

— No, no, no —negó—. Fue por una chava. Pero esa vez se enojó muchísimo conmigo. Y si es que se vuelve a enojar conmigo así, no sé que voy a hacer.

— No, no, no —se sentó a su lado—. Mira, si Diego es inteligente, se va a dar cuenta que esta vez lo hiciste para ayudarlo.

Tomás jugueteó con sus manos y mordió sus uñas con nerviosismo.

— ¿Pero si no se da cuenta? —lo miró.

— Si no se da cuenta es muy su bronca —respondió.

Tomás volvió a juguetear con sus manos y desvió la mirada.

— Tomás —él lo miró—, hiciste lo que tenías que hacer.

Tomás lo miró y llevó su mano formada un puño a su frente y luego frotó sus manos con sus codos apoyados de sus rodillas.

El profesor Madariaga miró el trozo de papel en sus manos.

— Y ya sé lo que yo voy a tener que hacer —dijo el profesor rompiendo el silencio.

— Pues cuenta conmigo para lo que tú quieras —le dijo Tomás.

— No, no, no —dijo el profesor—. Tú mejor quédate fuera. Ya hiciste suficiente —mantuvo su vista sobre el trozo de papel sin mirar a Tomás al hablarle.

— ¿No hay algo? —insistió.

El profesor llevó una mano a su boca y suspiró pensativo.

— ¿Sabes qué? —miró a Tomás finalmente y movió su dedo índice tres veces al hablar— Hay algo en lo que me puedes ayudar.

Miró a Tomás achicando sus ojos.

(...)

"Todo tiene que salir bien."

Pensó Diego al bajar las escaleras del patio central.

"Ay, papá. Por fin te vas a dar cuenta de quién soy yo."

Al bajar el último escalón, tropezó con Lupita quien pasaba de casualidad abrazando sus cuadernos. Ella soltó un gritito del susto al golpearse en el hombro con el de él.

Rebelde [1° Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora