Cambio de roles.

Capítulo 6: Charlas y sentimientos

Ukyo y Shampoo no perdieron la oportunidad de poder ver a Ranma con la excusa de guiar a Ryoga a la casa de los Tendo ¿No sería raro ayudar a un amigo, verdad? Se encaminaron hacia el Dojo, las mujeres con la esperanza de ver a su "prometido" y el joven con intenciones de hablar seriamente con Ranma.

KYOTO, BIBLIOTECA HON

Akane se encontraba tras el mostrador de su nuevo trabajo, había conseguido el puesto de la biblioteca, se sentía bien estar en ese lugar relajado y sin locos por todos lados, pero, en los tres días que llevaba en Kyoto se preguntaba constantemente qué hacia su familia, sus amigos, si la echarían de menos, cómo habrían tomado la noticia de que ya no asistiría a Furinkan, su cabeza estaba llena de preguntas que tendría que responder dentro de un tiempo

De entre todos los sentimientos y dudas estrafalarias que se hallaban en su mente alguien resaltaba entre toda esa locura. Ranma, ese nombre la seguía a sol y luna, pensaba constantemente en él, no podía evitarlo; cuando trataba de concentrarse en sus actividades repentinamente el rostro del muchacho se hacía presente en su imaginación, aún analizaba lo que Natsuki le había dicho en la noche anterior.

—Akane vine por ti— Y como si sus pensamientos la hubieran llamado. La pelinegra se hacía presente en el recinto lleno de libros —¿Has terminado tu turno?—

—Hola Natsuki, ya casi solo faltan quince minutos— Respondió la de ojos avellana viendo el reloj de la pared

-—Bien me da tiempo para descansar, he salido de la cafetería a carrera pensando que ya te habías ido, corrí tan rápido que casi me estrello con la pared— Contó con su característica sonrisa —¿Qué te parece el lugar?— Pregunto refiriéndose a la biblioteca.

—Bastante bien, está cerca del edificio y las personas que vienen son muy agradables— Respondió alegremente al recordar su primer día de trabajo.

—Me alegro— dió un gran suspiro —Dime ¿ya sabes a qué clubes unirte?— Preguntó abriendo una bolsa de chocolates en bolita.

—Estaba pensando en unirme a aikido, ya que tengo conocimientos en las artes marciales— Dijo tomando unos chocolates que le ofrecía su amiga —Gracias— arrojó uno a su boca deshaciéndose casi al instante

—No es nada. Bueno eso resuelve uno, ¿Y tú club cultural? ¿Lo has elegido?

—Esa es la parte difícil, me interesan música y pintura pero no se cuál tomar— Habló indecisa la peliazul.

—Creo que puedo ayudarte con eso, yo estoy en el club de tiro con arco para los deportivos y mi taller cultural es literatura, pero tú puedes tener una ventaja, ¿Cuándo son tus días libres aquí en la biblioteca?

—Pues.... Según el dueño de la tienda, debo venir los lunes de cuatro a ocho treinta, los miércoles, de seis a nueve, viernes de cinco a ocho, sábado jornada completa y domingo descanso— Leyó de una hoja rosácea.

—Perfecto, mira te propongo algo, entra al club de pintura en la escuela y me acompañas una hora al conservatorio los martes y jueves ¿Qué te parece?— Finalizó la chica con ojos expectantes

La idea no era mala, si entraba a aikido, no perdería la practica en las artes marciales, si entraba a pintura tendría momentos para relajarse, además si trabajaba en la biblioteca podría leer los libros que quisiera, el lugar era enorme y tenía gran variedad de estos, por ultimo acompañar a Natsuki al conservatorio sería lo ideal, había buscado aprender cosas nuevas, era el plan perfecto además de que tenía la biblioteca para hacer tareas tranquilamente y no estar todo el día encerrada en el departamento.

—Me parece genial, claro que acepto— Respondió llena de entusiasmo.

—Genial, entonces creo que no tendrás problemas ¿crees que te alcance el tiempo para hacer las tareas?— Preguntó con repentina preocupación.