Capítulo 31: Desahogate

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Parecía que volvían a pasado donde peleaban por todo y por todos, parecía que no habían pasado ya dos años desde que se conocieron en aquel día lluvioso

Parecía que sus mentes volvían a tener la poca madurez característica en sus dieciséis, los celos ocultados en palabras crudas, acciones torpes y avergonzadas

Las palabras resonaban como ecos en sus interiores, hasta lo más hondo de su ser

Los ojos criztalizados de Akane denotaban frustración, era este el punto sin retorno donde sus emociones estaban al límite

Ranma la miraba intensamente poco a poco bajando la mirada descubriendo en sus propias palabras la amarga verdad, a sabiendas de que esos insultos le costarían caros, su inconsciente quiso desahogarse de una vez por todas exponiendo una vez más su molestia de forma brusca, con insultos y tonterías de la que se arrepentiría después

Pero hoy no. Hoy ambos querían gritar hasta el cansancio las veces que sufrieron por culpa del otro, los problemas que se causaron, las preocupaciones y el irremediable vacío que sienten al saberse perdidos, hoy no era un día para guardar la calma y ensayar piano, tampoco para aprender una nueva técnica sorprendente de artes marciales

Hoy era un día para echar fuera lo que todos sabían desde un inicio, como un secreto a voces, el mundo entero estaba al tanto de sus sentimientos, todos menos ellos

Qué novedad

Lo que ambos no sabían era

¿Por qué?

¿Cuándo?

¿Dónde?

-¿Cómo llegamos a esta situación?- pregunto ella apretando los puños por la frustración sucumbida ante la vulnerabilidad momentánea

-Muy fácil- Él sabía que tarde o temprano no lo soportaría, el amor que lo consumía era suficiente para hacer vibrar su corazón pero al mismo tiempo doler con intensidad ante la indiferencia de Akane estos últimos meses

-Qué irónico, ahora te sientes como yo solía hacerlo y comienzo a hacerte lo que tu a mi en el pasado- La brisa del viento movió las hojas de los árboles dejando caer las mismas entre ellos -Sabes, me gustaba vivir sola

-¿Me dices que de nuevo te irás?- la sola idea le hacía sangrar internamente

-No, eso sería como huir de mis problemas una vez más- Suspiro cansada -Está ves quiero afrontar mis decisiones- Se acercó a el tomándolo de la mano -Ranma, desahogate- le sonrió

Él abrió los ojos sintiendolos húmedos, afianzó el agarre de sus dedos dejándose caer al pasto
-¿Por qué siempre haces eso?

-¿Hacer que?

-Sonreír, con ese simple gesto haces que siempre te perdone

-¿Perdonarme?

-Bueno no perdonarte, pero siempre haces que me sienta vulnerable- Suspiro cerrando los ojos sintiendo como la chica se recargaba en su pecho

-¿No quieras que sonría?- le cuestionó dudosa

-Por supuesto que si, pero me gustaría ser el motivo de tus sonrisas

Cambio de roles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora