Capítulo 2: El fin de un trato y la despedida de Akane

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Había pasado una semana desde la boda fallida, ya todos se habían reincorporado a sus habituales vidas, todos excepto Akane; quien seguía distante a todo y a todos

Desde el fatídico día en el que su ceremonia se vió arruinada, le había pedido a su familia y a los demás que por favor la dejaran pensar un tiempo que necesitaba relajarse, despejarse. Todos entendieron lo que necesitaba, todos menos el chico de la trenza que respondía al nombre de Ranma

Seguía molestándola y ofendiéndola, en realidad el muchacho no deseaba ser tan grosero, su problema residía en ser muy tosco para expresar lo que realmente sentía por la joven de pelo azulado

Sin embargo desde aquel día no le dirigía la palabra a nadie, parecía que su aislamiento era con todos y no exclusivamente con él, eso aliviaba un poco su alma llena de culpa. Aún asi, le calaba hasta los huesos que ni siquiera respondiera sus ofensas e indirectas, porque quisiera o no, tenía metida a la poco femenina Akane hasta lo más profundo de su corazón y la amaba como a nada en el mundo, aunque eso claro solo no podía saberlo él, ya que se creía incapaz de decirle lo que sentía por miedo a ser rechazado o que su linda prometida corriera peligro. Si alguien se enteraba que ella es su punto débil, con tantos enemigos que tenía, no dudaba que irían a buscarla con tal de lastimarlo.

Cierta tarde, los patriarcas de la casa se hallaban jugando shogi en la entrada del comedor frente al estanque mientras platicaban sobre el último plan fallido

—Tendo esto se está tardando demasiado, así nunca podremos unir las dos escuelas amigo— Genma veía el tablero pensando en su siguiente movida

—Lo sé Saotome, pero no es mi culpa que su hijo sea un cobarde— analizaba el dueño de la casa con una mano en la barbilla y los ojos cerrados al momento que Nodoka sacaba su katana para mirarlo amenazante

—¿Qué ha dicho de mi hijo señor Tendo?— Preguntó la mujer desenvainando su espada mientras Soun rogaba a todos los dioses que salvaran su vida. De pronto como si sus plegarias fueran oídas un estruendo llenó la sala que ahora estaba hecha escombros.

—Hola, Shampoo venir a ver a Ranma— Se anunciaba la amazona con una sonrisa de oreja a oreja

—¡No! ¡La pared!— Lamentaba Soun al ver tal desastre y la fortuna que le costaría arreglarlo, ninguna reparación de la casa salía barata

—Se lo merece— Sentenció triunfante Nodoka regresando la espada a su funda, aunque un poco molesta por la intromisión de la joven china

—Yo venir por airen para ir a cita ¿Dónde estar?— preguntó emocionada la chica ignorando los llantos de Soun

Akane se dió cuenta de la intrusa en su casa pero no se inmutó, prefirió seguir su camino ignorandola por completo. Qué más daba, ella había tomado una decisión ¿Para qué molestarse en algo que ya no era de su incumbencia?

Hubo una tarde llena de gritos por parte de Ranma chica y una gata de pelo lila sobre ella; la situación se calmó después de que Shampoo por fin se fuera. Akane pensó que era tiempo de anunciar lo que llevaba planeando la última semana; no podía seguir posponiendo lo inevitable. Se aclaró la garganta durante la cena y comenzó —Familia, señores Saotome— sentía el corazón desbocado —He estado pensando esta última semana y por fin he decidido lo que creo que es mejor para todos— dijo lo más seria que pudo. No podía dejar pasar su oportunidad echándose atrás, se mantenía sin expresión como lo había hecho la última semana —He decidido romper formalmente mi compromiso con Ranma— Dijo con voz firme aunque más alto de lo usual, mientras el azabache detenía sus rápidos movimientos al comer ¿Había escuchado bien? El ambiente de pronto se volvió tenso y todos la miraba atónitos por lo que acababan de oír

Cambio de roles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora