Capítulo 19: Dime la verdad

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-No lo se

La respuesta salió con toda sinceridad. Akane aún no estaba lista para establecer una nueva relación amorosa, Ewan le gustaba, era un caballero, lo que cualquier chica podría soñar. Pero tampoco estaba segura de sus emociones, ahora que Ranma había removido un poco del pasado le costaba hacerse a la idea de un nuevo partido en su vida.

-Sé que es injusto p…

-Tranquila, solo era una pregunta- La interrumpió poniéndole el índice sobre los labios. –No tienes que responder que si, Kanae- Le susurro

-Pero

-Nada, Akane recuerda que ante todo somos amigos. Incluso si tú me gustas no quiere decir que vaya a presionarte, ante todo soy un caballero ¿No?

-Gracias

-No hay porque. Después de todo yo pregunte

Ambos se sumieron en un silencio sin tensión pero tampoco relajado. Más bien indiferente.

Por la cabeza de Akane pasaban mil ideas, todas relacionadas con el inglés. Ese increíble chico que despertaba en ella emociones confusas y bonitas al mismo tiempo, pero que también merecía una respuesta real, no podían pasar siempre con los no se o tal vez.

Sentía que lo estaba traicionando al recordar el beso de Ranma y hasta disfrutarlo en cierto grado. Pero su cabeza ya no procesaba bien sus propias ideas, tenía ganas de hacer algo que la des estresara y sacara esas dudas del corazón. Su divagante imaginación, recordaba a detalle como su ex prometido le rogaba con lágrimas en los ojos que volvieran.

Suspiro y se levantó de la duela. –Te invito a comer helado- Le dijo al rubio tendiéndole la mano y sonriendo

-Vamos, asi me das un tour por la ciudad- Respondió animado.

-Voy a cambiarme, nos vamos en unos minutos ¿Esta bien?

-De acuerdo, Darling

La peliazul le sonrió y subió a cambiarse. Ewan se quedó en la sala viendo los peces del estanque salir de vez en cuando y entrar de nuevo al agua haciendo un sonido hueco. No quería admitirlo pero le dolía en cierto punto aquella duda en la mente de Akane, esa linda chica que se ganó su corazón sin quererlo, con sus inesperadas sonrisas, su personalidad decidida y espontánea, su ternura mezclada con torpeza que solo mostraba cuando se desesperaba.

Ya hace mucho había aceptado que esa mujer de ojos avellana era la dueña de sus latidos, ni siquiera las citas matrimoniales que le habían sido arregladas tanto en Londres como en Italia despertaban el interés necesario como para esperar verlas de nuevo. Cumplía asistiendo a sus compromisos con aquellas jovencitas refinadas y de etiqueta, las que lo elogiaban solo por casarse con el logrando entrar en su familia bien acomodada. Nadie con sus vestidos, joyas y bienes costosos le llegaba a los talones, nadie se comparaba con Akane, con la salvaje y extrovertida Akane que guardaba dentro de si los más bellos sentimientos que lo llenaban de emoción sin razón aparente y eso solo con verla.

Tocarla y besarla era una sensación totalmente diferente aún más fuerte, pero a la vez agonizante, tenerla con él hacia su corazón palpitar rápido, no obstante eran demasiado jóvenes como para definir que eran el amor de su vida, quizá fuera ella quien sería su primer amor, pero no el de toda la vida, no sería ella quien lo acompañaría el resto de sus días. Aun asi le entusiasmaba la idea de ser el primero que le demostrase amor con acciones, no con promesas. Quería ser quien le diera las alas para volar lejos, ser libre incluso de su pasado. No era tonto, al ver su vida anterior notaba que ella tenía bastantes presiones, su familia depositaba en ella expectativas que no iban más allá de la acera, ilusiones que pesaban mucho en los hombros de una chica de 18, todos en su casa querían obligarla a hacer algo que no deseaba. Como quisieron hacer con él a los 16, coincidencia o no el rubio sentía que ambos se conocieron para apoyarse y darse aquello que siempre los falto. Ayuda y entendimiento. No era como sacar otro clavo, era llenar un lugar siempre vacío que esperaba por esa persona especial que lograría hacerlos feliz hasta que el destino lo quisiera.

Cambio de roles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora