Cirque du Mystère| BillDipp| #PremiosGravity2018

«Decimo Acto»

Dos años sin su hermano, habían sido dos años sin sus bromas, sin molestarle o llamarle "nerd", había sido dos años viviendo con sus tíos y asistiendo a una escuela donde nadie la conocía, sola y sin su hermano apoyándola para seguir siendo la misma.

Aún conservaba la rosa amarilla que el mago había ofrecido a su hermano, la había inmortalizado con ayuda de su Tío Ford, dispuesta a conservarla hasta el día en que lo volviera a ver. Sabía que ese día llegaría pero... ¿Cuándo?

El tiempo corría sin piedad, dejando al viento y al olvido las tardes de verano que pasaba con su gemelo, jugando y cazando muestreos con ayuda de los diarios de su tío; borrando las memorias de cuando eran niños y jugaban en la escuela, se divertían y hacían bromas; arrancando de raíz la tan característica alegría y forma de ser que tenía, reemplazándola por una bastante insegura y diferente.

Mabel Pines había desapareció la tarde en que perdió a su hermano, el mago se había llevado junto a su hermano, su entusiasmo y alegría. La había dejado sola en el mundo. Wendy y Soos le hacían compañía por las tardes después de clase, y le alegraban los veranos e inviernos, pero no era lo mismo para ella. Dipper se había ido para jamás regresar. Todos decían que estaba muerto, o que se había escapado a alguna remota región de Rusia, le hacían perder la poca esperanza que conservaba.

Ford decía que lo encontrarían, que seguía lo más posible los saltos del circo, los crímenes que cometía Bill y todos esos temas que relacionaban el más reciente paradero del circo con su hermano. Pero aunque confiaba en su tío, los pueblerinos e incluso ella misma le decían que jamás regresaría. Había perdido a su hermano para siempre.

Stan sabía lo mal que la chica debía sentirse; recordaba a la perfección los treinta y tantos años que se mantuvo lejos de Ford, las razones de su desaparición y todo aquello que no lo dejo tranquilo por años; entendía que Mabel se echaba a sí misma la culpa de todo, que sentía que jamás lo recuperarías, y por eso le tenía más cariño del usual a su sobrina.

Una tarde le dijo que, aunque no lo sintiera posible, Dipper regresaría a ella y podrían recuperar el tiempo perdido; le explico que su relación era tan fuerte como el acero, y no podrían estar lejos el uno del otro sin pensarse.

"pero... ¿Por qué no da señales de vía?" Preguntaba a la nada cada vez que pensaba en aquello.

La tarde en que se cumplieron dos años fue la primera vez que se lastimo por la desaparición de Dipper. Tenía la pequeña hija de la cuchilla de un bisturí en sus manos, mientras las gotas de sangre fresca caían al suelo y se esparcían por la madera sucia del ático. Hizo una marca por cada año que había pasado.

Dos días después volvió a hacerlo, esta vez fueron cuatro, porque sentía que esos dos años solo habían sido crueles ilusiones del tiempo. Una semana después siguieron los cortes, haciéndose inconscientemente profundos. Levando la a acariciar con la llena de los dedos ideas poco sanas.

Los adultos a cargo de Mabel la empezaron a notar distante, más... Extraña de lo que alguna vez fue. La adolescente que había dejado de usar sweters porque había crecido regreso a ese antiguo hábito, para ocultar las marcas en sus muñecas.

Robbie, que la veía pasar por los pasillos de la escuela noto el drástico cambio y decidió hablarle. Se preocupó al encontrarse con más de 50 marcas, que se profundizaban a cada nuevo corte. Él sabía lo que se sentía el pasar la cuchilla por la suave y blanca piel de las muñecas, decido ayudar a la chica pues no la consideraba alguien depresiva.

Fueron tres meses el tiempo que les llevó conocerse, tres meses en los que Mabel se abrió a alguien y le contó sus miedos, sus inseguridades y su razón de ser. Ella le contó la razón de su repentina aparición en el pueblo, le contó lo que había pasado con su hermano y el porque de cortarse. Robbie siempre la escucho atento.

Salieron una tarde, a tomar un helado por ahí, fue la tarde en que se declararon y formalizaron una relación de novios. Aunque tenían una diferencia de 4 años, sentían que era Almas Gemelas. Quienes les vieron después pasear por los pasillos de la escuela sentían un Aura melosa, que les alejaba de aquella pareja tan dulce.

Stan y Ford no se opusieron, especialmente por lo que el chico había hecho por su sobrina; hacia dos años que no la veían sonreír y bromear de manera tan alegre con alguien; Robbie había regresado el alma a Mabel, y parecía que nadie podría arrebatársela de nuevo; que gran error pensar aquello.

Los chismes viajan rápido, y cuando llego a sus oídos que el chico que ayudaba a Cipher era su amante sintió su corazón quebrarse en mil pedazos. No imagino a su hermano con un Sindrome de Estocolmo tan fuerte.

Robbie se aseguró de acompañarla sin importar cómo se sintiera, pues no quería que aquellas marcas regresarán a las muñecas de su novia, mucho menos que pasarán a mayores. Sabía que Mabel llego a pensar en hacerlas verticales, en lugar de horizontales. La chica entendía el concepto del suicido mejor de lo que muchos pensarían.

Ford le aseguro que no dejaría que Dipper cayera más profundo en las garras de aquel monstruo. Le prometió que recuperaría a su gemelo a toda costa. Robbie le juro acompañarla hasta el fin del mundo si hacía falta, solo por verla sonreír de nuevo. Esa misma noche se juraron amor eterno mientas unían sus cuerpos en la obscuridad de la noche.

Lástima que para volver a ver a Dipper pasarían dos años más.

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Este fragmento narra un poco de Mabel, porque ella también hace parte de la historia.

Lo escribo cerca de las once de la noche, lamentó si está muy depresivo, si tiene errores fatales o si está muy mal.

Me disculpo también por la inactividad, estuve algo ocupada pero ya regrese.

Los adoro, nos leemos luego :)