«Duodecimo Acto»

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– ¡tengo miedo!– grito Mason con lágrimas en los ojos, aferrando con fuerza los bordes de la falda del traje, cerrando los ojos y sollozando en silencio, bajo la atenta mirada de Bill– tengo miedo.... De haberme... Enamorado.

La luna brillante fue testigo de las lágrimas que empezaron a resbalar por las mejillas del castaño, mientras los brazos de Bill le rodeaban por los hombros y apretaban contra su pecho. El silencio permaneció por los minutos que Dipper lloro entre los brazos del mago, dejando salir todos los miedos que Pacífica se había encargado me meterle a la fuerza.

– Pino... ¿que es lo que tanto te preocupa?– aventuro Bill, acariciando levemente el suave cabello del chico, intentando calmar sus lágrimas.

– Pacífica... Ella me dijo que no... No debía caer en tus juegos– confesó separándose un poco y limpiando las lágrimas de sus mejillas– que... Debía ignorar mis sentimientos y alejarme de ti... Alejarme del circo cuando tuviera la oportunidad.

El silencio volvió a reinar, Dipper supo entonces que había metido la pata y no había forma de sacarla; trato de apartarse del mago, regresar al circo y prepararse para dejar el circo a causa de su torpeza. El agarre de Bill se mantuvo firme en su antebrazo, impidiéndole regresar por donde habían llegado.

– Dipper, mírame– demandó al notar la mirada bajar del chico, al no recibir una respuesta a su orden aplicó más presión al agarre, recibiendo un leve gemido del chico– Pines, mírame.

El castaño dudo un momento antes de levantar la mirada, algo cristalizada y temerosa del mago, a quien le brillaba con intensidad el ojo azulado. Bill calmo su respiración antes de guiar su mano a la mejilla del chico, limpiando la pequeña lágrima que corría por esta.

– perdona... Sabes que me molesta que me des obedezcan– hablo Bill, pasando el agarre de la muñeca a la mano de Dipper, sonriendo le levemente para tranquilizar al castaño– Dipper... ¿acaso no confías en tu juicio?

La pregunto sorprendió levemente al chico, que se limitó a inhalar profundo antes de hablar– claro que confío... Eso sólo que...

– no confías en mi– completo el mago agachando la mirada, deseando escuchar una contradicción del contrario, cosa que nunca llego– escucha Dipper, pronto iremos a Gravity Falls; allí habrá quienes aseguran ser tú familia y tratarán de alejarte del circo... De mi– suspiro y empezó a acercarse lentamente al rostro del menor, entrelazando sus manos en el proceso– si decides irte, o quedarte... Lo que decidas lo entenderé.

Dipper, por impulso, cerro los ojos, sintiendo el cálido aliento del mago chocar con su rostro; susurrando el nombre del mayor al momento en que solo unos milímetros los separaban. Bill bajo la mano de la mejilla de Dipper a la cintura del castaño, juntando sus cuerpos lo mas que la ropa les permitía.

– solo recuerda siempre... Que eres mi capricho favorito– susurro antes de juntas sus labios con los contrarios en un beso; uno tranquilo, romántico, de esos que solo saben dar quienes estas enamorados.

Dipper correspondió al beso, posando su mano libre en el hombro de Bill, dejándose llevar finalmente por sus sentimientos. Soltaron sus manos para abrazarse y juntarse más, convirtiendo el beso en un momento de pasión pura. La lengua de Bill irrumpió sin permiso en la boca del menor, jugando con la contraria y explorando todo a su paso.

Se separaron con la respiración agitada, mirándose con amor y deseo el uno al otro, sonriendo como idiotas al perderse en los ojos contrarios. Dipper agacho un momento la mirada, avergonzado de lo que acababa de pasar, volviendo a buscar los ojos de Bill para, esta vez, besarlo él.

Bill recostó a Dipper sobre la hierba, contemplando el brillo de sus ojos cautivado. Se recostó a su lado y, tomándole la mano, se quedaron contemplando las estrellas del cielo, en silencio, ignorando todo lo que pasaba a su alrededor.

– Bill...– hablo el castaño después de un rato, girando a ver al mago– puedo... ¿puedo preguntar algo?

– claro Pino– respondió devolviéndole la mirada, cambiando su sonrisa por preocupación al notar la mirada sería de Dipper– ¿que sucede? 

– ¿estoy aquí... Por voluntad propia?– Bill sabía a qué se refería, era la pregunta que menos deseaba contestar, y aún así, temiendo al odio del chico, movió la cabeza de forma negativa, sentandose y soltando la mano del castaño– ¿no?

– te... Te obligue a... Asistir a la función, a quedarte hasta el final... A quedarte– confesó con la.mirada clavada en la hierba, apretando los puños por odio a si mismo– la rosa era la única forma en asegurar que irías y permanecerias en el circo hasta que yo lo decidiera... Te obligue a quedarte y ser mío.

– pero... ¡¿por qué?! ¿qué... Qué hice para que me hicieras esto?– pregunto también sentandose y encarando al mago, que solo huía de la mirada del castaño– ¡¿que hice?!

– ¡nada!– respondió cerrando con fuerza los ojos, reteniendo las pequeñas lágrimas que se acumulaban en sus ojos– no hiciste nada... Yo fui el idiota que se enamoró a primera vista.

Dipper se sorprendió por aquellas palabras, no espero jamás que Bill dijese algo semejante. Reacciono al escuchar los leves sollozos del mago, quien no pudo retener más las lágrimas; lloraban casi en silencio, sollozando levemente intentando no ser descubierto. Dipper le acarició una mejilla, limpiando las lágrimas que corrían libres.

– Bill... ¿por que lloras?– pregunto dejando un beso sobre la mejilla del mago, sonriendo le cuando los ojos bicolor del mayor lo contemplaron fijamente– no voy a odiarte por eso... Porque, tal vez yo también me enamoré de ti.

Se besaron, por última vez en la noche antes de regresar al circo, sintiéndose completos junto al otro, compartiendo los mismos miedos y sentimientos en aquel roce.

Y así, sin pensarlo,
encontré a alguien que
aprendió a amar aún monstruo,
a amar a su secuestrado.
Encontré a alguien que sufre de síndrome de Estocolmo por mi.

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Y aquí está, el punto más emocionante de la historia, justo antes de que lleguen a Gravity Falls.

No se... Creo que no pensé en llegar al final de esto pronto, y ahora faltan unos capítulos para terminar.

Me emociona y entristece al mismo tiempo, creo que cuando escribes algo que te gusta, es difícil soltarlo.

Disfruten lo que queda, y el especial de Navidad de todas mis historias.

Nos leemos luego :)

Cirque du Mystère| BillDipp| #PremiosGravity2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora