Gracias

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Desde afuera ves mi fea casa,
me viste cerrando puertas y ventanas, me observaste tapando las gritas y goteras. Me viste impidiendo tu llegada.

Direcciones erróneas te di, para que perdieses tu camino, y el destino de tu llegada no fuese mi fea casa.

No resultó mi maestro plan, mi perfecta ejecución los resultados no brindó. Y tu estadía en mi fea casa se prolongó.

En la noche las ventanas reflejaban luz, en los días tu silueta delicada se paseaba dejando verte, acomodaste las ventanas, ahora son dignas de admirar.

Los muebles adentro de la misma limpiaste, puliste y perfeccionaste, la casa fea ya no se hallaba, como tetera de porcelana nueva se encontraba.

Gracias, muchas gracias, por no huir cuando encontraste aquella fea casa.

Sabanas Negras Y Una Almohada Roja ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora