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Tengo una hoja blanca y no la tengo.

Ésta, me sirve para plasmar lo que tengo.

Inmaculada sin manchas está la hoja blanca.

La tengo y uno la tengo, ésta, la hoja blanca.

Allí está, simple y blanca, la hoja blanca.

No he escrito nada, en la hoja, hoja blanca.

Sé que después de haberla rayado no volverá jamás a ser blanca.

Escribo con tinta imborrable.

Admiro en la lejanía a la hoja blanca. Blanca como las nubes, pálida la hoja blanca.

Y no, no la dañaré, impoluta la hoja, hoja blanca.

Esperaré a que ya no sea blanca.

Después de todo un papel de carbón como yo no podría con tanta belleza.

Adiós, pálida, hasta nunca mi perfecta hoja blanca.

Sabanas Negras Y Una Almohada Roja ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora