¿Quién ha de juzgarme si me provocare besar con dientes tu tez?
He de dormir tranquilo cuando tu aliento dormite a la bestia come deseo. Seré el caballero de la ataviada dama en la torre a mi espera, tengo fe, en mí, a tiempo llegaré, a rescatarla, de inseguridad y depresión ardiente, que el dragón de mil ojos ha de disparar por su garganta nauseabunda.
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Sabanas Negras Y Una Almohada Roja ©
PoesíaLa poesía forma parte de mí. Espero que éste poemario haga que también forme parte de ti.