...Esperando lo inesperado...

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La rubia miraba a Gin en una camilla recostado completamente inconsciente y muy herido... recordaba las palabras del médico con miedo y tristeza

*Flashback*

-Me temo que ha sufrido graves lesiones y ha perdido mucha sangre, debido a que las heridas no se trataron inmediatamente el daño en los órganos provocados por los impactos recibidos durante el ataque y la caída en movimiento del carruaje se han infectado y están provocando la fiebre. –Dijo con mucha seriedad mientras se acomodaba sus lentes. –

-¿Eso... quiere decir que... acaso él no se recuperará? – Matsumoto rompía en llanto tratando de tranquilizarse, pero la desesperación la dominaba. –

-Las probabilidades son de un 60% señorita, yo diría que son bastante buenas considerándolo que ha pasado, muchos de sus camaradas fallecieron... el que el siga con vida es casi un milagro, las armas que usaron son de fuego y son de alto calibre. –

-¿Puede hacer algo que mejore su estado...? –Pregunto aun con esperanza. –

-Aparte de los cuidados generales día con día y las medicinas que ya están prescritas... no hay nada más que esperar, si me disculpa, revisar a más heridos. –Concluyó, haciendo una reverencia rápido se retiró. –

*Fin del flashback*

-Oh Gin... ¿Por qué ha sucedido esto? –Preguntó con lágrimas en sus ojos mientras tomaba la mano de su amado. –

-Matsumoto... –Una voz interrumpió el llanto de Matsumoto. –

-... querida... Orihime... hola, lamento que veas esto jejeje –La rubia trató de disimular el dolor y las lagrimas con una forzada sonrisa saludando a la joven. –

-Por favor...no tienes por qué actuar, no debes fingir delante de mí, ¿Recuerdas? Tú me has visto llorar a mí, me has visto en mi debilidad más grande, siempre has sido mi protectora siempre... por favor, al menos por esta vez, permíteme a mí, acompañarte en tú debilidad, déjame ser quien te consuele esta vez. –Orihime se acerco poco a poco a su institutriz, alzando sus brazos para entregarle un abrazo. –

-Orihime... yo... ¡Tengo tanto miedo! –No se contuvo más y abrazó a la joven muy fuerte, mientras rompía en llanto nuevamente. –

Mientras tanto en el salón real...

-Ulquiorra, que gusto que estés aquí a tiempo. –El rey lo miraba con extremo cuidado y sospecha desde su trono. –

-¿Ha pasado algo? –Contestó el pelinegro mientras le devolvía la mirada a su padrastro, sospechando que algo estaba mal. –

-Quería hablar en privado contigo respecto a algunos detalles... actividades que no han pasado desapercibidas ante mis ojos. –Diciendo esto último se inclino hacia adelante suspirando de manera cansada y algo decepcionado. –En las reuniones familiares destacas por tus constantes retrasos, esa falta de puntualidad de tu parte no es natural, también noto que pasas más tiempo fuera del castillo... ¡que novedad! –Decía con fingida sonrisa y comprensión. –

~*Esta mal... algo está muy mal en él ahora.* ~ -Trataré de ser más puntual, no habrán más retrasos, se lo aseguro. –Con voz calma y fría mientras analizaba cada acción de su padrastro, cada mirada, cada gesto... –

-Bien... pero veo con tristeza otra peculiaridad. –Aizen miró a Ulquiorra con ojos feroces y calculadores. –

-¿Y de qué podría tratarse? –Cuestionó Ulquiorra sin inmutarse. –

-Tu actual... ummm ¿Cómo podría llamarla...? –El soberano se puso de pie y dio unos pasos al frente, fingiendo haberlo olvidado. – La paria a la que llamas "novia". –Dicho esto hizo un gesto de astucia, como el gato que acorrala al ratón... –

Lazos Encontrados Entre Luz y OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora