Caminos de la Vida

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Sora se encontraba lejos de casa, lejos del reino, se supone que estaba en una misión, pero había perdido a sus camaradas hace mucho, habían pasado 6 meses desde la última vez que había estado con su familia se encontraba un poco triste, cansado y sin imaginarse lo que sucedía en casa siguió su camino al atardecer hasta un pequeño poblado, era muy lindo y lleno de paz, parecía que todos se conocían y vivían tranquilos ayudando a los viajeros que necesitaban descanso, Sora entro a un bar del poblado, se dirigió al gran mesón donde se encontraba el cantinero mientras este le servía otro tarro de cerveza a un viejo que ya estaba un poco pasado de tragos, el viejo saludo al soldado muy alegre por efecto del alcohol y comenzó a hablar incoherencias, Sora no comprendía del todo lo que el señor estaba diciendo, tampoco le interesaba comprenderlo, solo sonreía y asentía para no tener problemas, el cantinero se dirigió a Sora y le pregunto qué era lo que quería tomar, a lo que Sora respondió...

-Solo un vaso con agua y un almuerzo por favor.

-De inmediato. - Contesto tranquilamente el cantinero- No eres de por aquí, es obvio, ¿Qué hace un soldado en un pueblo como este? Que yo sepa no hay ninguna batalla cerca o si?.

-No señor, no hay ninguna batalla, pero estaba en una misión para encontrar a cierta persona, pero hace un par de días perdí a mis camaradas en una emboscada, tanto mis amigos como los caballos a todos asesinaron, yo pude escapar... Es algo de lo que no me gusta hablar demasiado por ahora. Sera difícil regresar a casa...

-Lamento su pérdida amigo, puedo conseguirle un caballo a muy buen precio para que regrese a casa, descuide, no tardare ni un día en conseguirlo, tengo buenos amigos aquí -Dijo muy orgulloso tratando de ayudar al soldado.- Aunque honestamente por su expresión y su ánimo no parece que quisiera volver a casa.

- La verdad no lo sé, fracase en mi misión y no solo eso.... Mi fracaso les costó la vida a mis camaradas, siento vergüenza por haber fallado... No sé si me perdonaran. -Dijo triste y pensativo-

-La verdad no creo que el perdón de su rey o su familia o sus demás camaradas sea el problema aquí, creo que el que no sabe si podrá perdonarlo es usted mismo y precisamente por eso no quiere dar la cara a nadie más... Necesita pensarlo bien. -Dijo el cantinero mientras observaba al deprimido soldado-

-Quizás me quede aquí por un tiempo. -Contesto pensativo.-

-Ah! Bueno, en ese caso también conozco una buena posada donde puede hospedarse por un precio cómodo jajaja -rio muy jovial tratando de distraer al soldado de sus pensamientos-

Sora observo bien al señor, tenía un cabello un poco café pero estaba siendo cubierto con canas al igual que su barba y bigote, era robusto por la edad, se notaba que había vivido y visto muchas cosas en su vida, no era tan alto y siempre estaba sonriendo amablemente a sus clientes, era una persona muy elocuente y Sora sonrió y dijo: -Bien, supongo que puedo aceptar su oferta por ahora, creo que no estoy listo para regresar.-

El señor muy amablemente asintió y le dijo donde estaba la posada.


Continuara...

Lazos Encontrados Entre Luz y OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora