Capítulo I: Elegida del Sol

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Leona

A veces intento dormir mas horas de lo normal. Estirarme en la cama y pelear con las sábanas para que me suelten y me dejen levantar para ir a mis tareas diarias. Sentir el frío matutino que tiene gran diferencia al de la tarde.

Siempre cierro las ventanas, pero cada vez que despierto la veo abierta y luego de unos parpadeos rápidos está cerrada. (Nunca saldrá de mi mente)

-Cuando fuimos por su cadáver ya no estaba, tampoco había un rastro que seguir- Eso fue lo que me dijo Pantheon cuando desperté despúes de 3 meses. También dijo que muchos creían que jamás despertaría... Quisiera no haber despertado. Recuerdo haberlo dicho en voz alta frente a Pantheon y este me abofeteó, luego se disculpó y cortó su muslo con un cuchillo en señal de auto-castigo. En cierto modo se lo agradezco, ese bofetón me despertó aún mas de mi sueño.

Me levanté, me puse mis sandálias y caminé a la puerta. Una vez la abrí ya estaban allí las sirvientas esperando con mi desayuno: Panes, un par de manzanas y queso. Ordené que me trajeran de comer lo mismo que le daban a los sirvientes. "Solidaridad" le llamé yo. "Idiotez" le llamaron otros. No me importa como le digan o como yo le diga, con que me haga sentir bien el hacer las cosas a mi modo, está mas que bien.

-Gracias- le dije regalándole una sonrisa. Esta se sonrojó, dio una reverencia y se alejó con el carrito hacia el final del pasillo que llevaba de vuelta ala cocina.

Cuando desperté, Pantheon me dio un pequeño resumen de todo lo sucedido mientras dormía:

"Encontraron a todos los ancianos del consejo muertos. No hay registro alguno de que fuera Diana. Según los registros no había estado allí desde que tenía 10 años. (O sea, que siquiera la registraron antes de ejecutarla, típico.) Efarir ha desaparecido. (No recuerdo habérlo visto cuando su ejercito con Estandartes apareció.) He estado a cargo por estos meses, pero no hay nadie que cubra mi puesto, Leona. Tal vez esta no es la manera en que querías conseguirlo, pero no importa...

Leona, El Monte Targón... es tuyo." concluyó dándome una reverencia y se retiró de la habitación.

***

La tarde cayó sobre el Monte, el sol estaba sobre nuestras nucas, calentándolas y encogía las sombras que una vez eran largas y estiradas. Ahora vivo en lo que hace unos meses era la Plaza de los cadáveres, así la bautizaron. 9 Meses han pasado desde entonces. Lo primero que hice una vez tomé el mando, fue Declarar un festival para recordar a los caídos en lo que llamamos "La noche desconocida" ya que además de Pantheon y yo, nadie conocia exactamente al culpable de las mayor cantidad de muertes aquí.

Tambien fundé un nuevo pueblo el cual está en construcción. Allí donde estableceré el nuevo Templo del consejo. Asher, será el nombre del Templo. Exactamente su nombre.

Aún en mis pesadillas veo a Diana arrancándo la cabeza de Asher y lanzándo su cuerpo ante mis pies.

¿Cómo fui capaz de perdonar algo así? y peor que eso, aún sigo perdonándola.

-Mi señora, tiene que revisar las peticiones- dijo un servidor que apareció en una nube de nieve.

"Las peticiones" son de gente con algún poder diplomático que quieren ser parte del nuevo consejo.

Pantheon será parte de él. No tengo a nadie más en mente. La verdad es que lo demás que tengo en mente están muy lejos. Tenía en mente a alguien que era muy conocido y noble en las partes inferiores del Monte, pero dicen que un día simplemente desapareció sin avisar a nadie.

Eso es un problema para mí. No confío en nadie mas que Pantheon en estos momentos y ahora mismo está muy lejos como para que cuide mi espalda.

***

No me queda mas que soportar estos días de desorden hasta que una nueva luz toque a mi puerta.

La noche cae y las sombras desaparecen y se convierten en una luz natural. Estoy en el tejado del Templo, sentada sobre lo que sería mi habitación, es el lugar mas privado que encontraré.

No estoy en la cima del "Sorprendente Monte Targón", "La cima de Valoran", donde todos quieren subir y hacerse con poderes inimaginables, pero desde aquí casi es bastante claro todo.

El Sol, las Lunas, constelaciones y las millones y millones de estrellas. Las noches siempre son largas cuando extrañas a alguien, el pecho se contrae y las emociones empiezan a pelear entre ellas como si no pudieran estar todas juntas en un solo lugar.

Las lágrimas caen por mis mejillas, pero ya estoy acostumbrada. casi 9 meses de tristeza, Pantheon dijo que todas la noches, mientras aún dormía, caían lágrimas por mis ojos. Parece que ya estoy acostumbrada a esto... Llorar sin poder hacer nada.

Al menos hay paz en el Monte Targón... por ahora.



Leona se lamenta de sus errores, pero sigue adelante aún con el pasado sobre sus hombros, ¿Puede ser aún mas fuerte "El Radiante Amanecer"?

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